Guatemala 15 de marzo 2013
Frente a la constante amenaza a la vida, persecución y represión que estamos viviendo la población que se resiste a la imposición del modelo económico extractivista que el gobierno y las empresas transnacionales y nacionales están llevando a cabo en distintas comunidades del país, queremos denunciar las razones que están detrás de las estrategias que están impulsando.
Para las mujeres esta represión está significando privación de la libertad de movilización y locomoción, reducción de la participación política y de expresión de la opinión personal sobre los problemas comunitarios y la persecución política y legal a partir de órdenes de captura sin fundamento real, hasta llegar al encarcelamiento físico. También significa asumir la responsabilidad total del mantenimiento económico de las familias, estar en constante temor de ser violadas por los ejércitos públicos y privados, estar bajo permanente vigilancia y control, vivir con la angustia de conseguir la alimentación de niñas y niños y demás personas y animales a cargo; el endeudamiento para resolver las necesidades de esposos/compañeros/familiares presos, el asumir los costos del acompañamiento legal y para la generación de condiciones de los presos políticos en los centros carcelarios.
La persecución y encarcelamiento de personas participantes en organizaciones, como el caso de Rubén Herrera realizado hoy 15 de marzo de 2013, tratan de implantar una política de terror, similar a las usadas en época de guerra. El aumento de presencia militar y paramilitar, las seguridades privadas y comités de seguridad local, son parte de la estrategia que pretende desmovilizar la organización que ha parado hasta el momento la instalación de proyectos hidroeléctricos, mineros y de cultivos extensivos, porque son dañinos y perjudiciales para la salud de las personas, contaminantes del agua, los bosques, la tierra, fuentes de alimento y viviendas.
Todo ello es parte de la estrategia que a nivel nacional se está utilizando para impulsar este modelo económico que beneficia únicamente a las empresas transnacionales y nacionales, que perversamente están pasando sobre los derechos de la población para obtener ganancias personales para los integrantes de las corporaciones.
Por tal razón como feministas respaldamos la organización comunitaria que defiende sus derechos, invitamos a la población en general a que no se deje engañar con discursos que disfrazan las intenciones empresariales y que se incorporen a las acciones para defender los territorios y naturaleza de sus comunidades, pensando en el mundo que queremos hoy y el que dejaremos a las generaciones futuras.
Guatemala, marzo de 2013
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