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miércoles, 27 de noviembre de 2013

SOBRE LOS BLOGS Y EL FACEBOOK: UNA REFLEXIÓN DE PATRIZIA VIOLI O... LAS APARIENCIAS DE AVANCE



Andrea Franulic

Les comparto un fragmento del análisis de la feminista italiana Patrizia Violi (2008) sobre los blogs y su uso de parte de las mujeres y las implicancias político-feministas que esto tiene. Pienso que, si bien son plataformas virtuales distintas, el análisis es trasladable a Facebook. Los soportes de la comunicación no son inocuos, la tecnología no es inocua; con esto quiero decir – en un sentido restringido – que no depende –solamente – del mal o buen uso que le demos, también cada soporte tecnológico en sí mismo determina tipos de prácticas sociales y afecta la manera de comunicarnos debido a su estructura y su lógica internas. Por ejemplo, pensemos en la lógica inmediatista de Facebook o en la suma de links de los blogs. Los puntos clave, para mí, de la reflexión de Patrizia Violi, que presento más adelante, son:

  1. A propósito de la idea del feminismo radical de que “lo personal es político”, la autora nos dice sobre la profunda diferencia entre lo personal y lo privado; este último aspecto es el que reluciría en el blog o en Facebook, que son territorios virtuales ambiguos, es decir, son privado y público a la vez.
  2. Junto a lo anterior, destaca el fenómeno de la vitrinización, que es propio de la vigente sociedad patriarcal del espectáculo.
  3. También se refiere al individualismo y la descorporización o, con otras palabras, la simulación de relaciones (los “amigos” de Facebook) y el desplazamiento de las relaciones materiales entre mujeres, con sus cuerpos sexuados. Pienso, con este tercer punto, en aquellas personas que suelen ser muy opinantes virtualmente, pero que, en la vida misma, no corren muchos riesgos con las palabras.
Estas ideas de Violi me hicieron sentido, las presento a continuación sin un completo desarrollo debido a que se trata de una selección que pretende no extenderse tanto. Pero lo que más me interesa decir es que nosotras nos debemos una reflexión más acabada y política al respecto. Pensar políticamente sobre esto me parece fundamental, porque nos implica a todas, y además, por dos razones que se entrelazan, a las que ya aludí anteriormente. La primera, porque el soporte tecnológico en sí mismo propone una forma de interacción que vale la pena analizar. La segunda, porque, si bien la tecnología porta un “en sí misma”, no es independiente – claro está – del uso que le demos. En este sentido, nos debemos la pregunta de si las prácticas de relación, aquellas naturalizadas en esta cultura patriarcal y misógina (y luego racista, clasista, etarista…) – esto es, insinuaciones, manipulaciones, envidias, rumores, invisibilizaciones, arribismos, descalificaciones, celos, competitividades, chantajes, entre otras, casi siempre de manera solapada – (ver Margarita Pisano, 2012), se exacerban – incluido su solapamiento – en la vitrina virtual, que es marcadamente discursiva y cuyas características inherentes servirían para facilitar la proyección de los deseos, las creencias y las ideologías del dominio. O bien, si no queremos plantear una exacerbación, entonces, ¿cómo se configuran y qué consecuencias concretas tienen en nuestras relaciones políticas, sexuadas y corporizadas?

Bueno, ahí va la Violi:
“En cuanto forma particular de escritura diarista, los blogs nos reenvían a la experiencia más general de las narraciones del yo y de los complejos deseos que están inscritos en dichas narraciones: el deseo de tomar la palabra, ante todo, de salir del silencio y del olvido, de mantener y transmitir una memoria, fijando el caótico fluir de la experiencia, de dar forma y sentido a la aparente insensatez de la cotidianidad a través la mediación de la escritura.

Estos deseos han atravesado siempre las escrituras privadas de las mujeres, sus diarios, sus cartas. Desde este punto de vista, los blogs parece que se sitúan en una línea de continuidad con formas específicamente femeninas de narración del yo, reproponiendo una escritura diarista a menudo sentida como un espacio de autonomía, lugar privilegiado de la auto-representación, capaz de dar voz a esa componente personal de la experiencia desde siempre invisible y cancelada de la historia escrita masculina. Y si estos géneros parecían ya destinados a un imparable declinar, la blogesfera parece haberles dado una nueva e inesperada vida.

Al mismo tiempo, la inscripción de los blogs en el espacio abierto y al menos potencialmente público de la blogesfera nos conduce a considerar que detrás de ello existe una necesidad y un deseo de relaciones, una tensión que lleva a la construcción de un tejido social, de una comunidad, aunque sea esa comunidad virtual que constituyen los pocos lectores habituales. Se puede quizá imaginar un análogo deseo de conexión incluso en aquello que concierne a la lectura del blog y no sólo la escritura; ¿por qué, de hecho, leer un minuto – a menudo aburrido, admitamos – la historia de otra cotidianidad si no es para compartir algo de nuestra propia cotidianidad, según un mecanismo de identificación dentro de la esfera privada y, al mismo tiempo, de relación?”

Sin embargo…
“La narración del yo que encontramos tan frecuentemente en los blogs dista mucho del personaje político al cual el feminismo de los años 70 aludía. Con aquel célebre eslogan (lo personal es político) se quería llamar la atención sobre las dinámicas de poder y sobre las lógicas simbólicas inscritas, de manera a menudo invisible, en la esfera personal, familiar, íntima de las vidas de las mujeres, mostrando cómo la cultura patriarcal seguía permeando el mundo, tanto afectivo como sexual, de las relaciones entre hombres y mujeres, y de las relaciones entre mujeres, imponiendo formas de dominio que aún están lejos de ser superadas. El eslogan tenía por lo tanto un fuerte valor transformador, porque invitaba a las mujeres a dar voz a ese territorio secreto y a menudo cancelado por la cultura masculina, a hacerlo salir de la indecible esfera íntima, para conferirle narraciones y valores. Ciertamente los blogs hacen esto: narran, cuentan cosas de una misma y de la propia cotidianidad, pero más que ‘lo personal’, como se decía entonces, es ‘lo privado’ lo que emerge, una intimidad desvelada y expuesta sin mediaciones, que ciertamente no problematiza y tanto menos modifica los estereotipos patriarcales, los cuales salen a menudo incluso reforzados, en una exposición a veces no exenta de alguna complacencia.

Lejos de hacerse político, lo privado se transforma en un espectáculo de sí mismo y el blog deviene otro modo de ser más visible, una declinación específica del fenómeno más general de ‘vitrinización’ de la vida social, que ha sido señalado como una de las grandes metáforas de nuestra contemporaneidad. Sería entonces lícito preguntarse sobre cuál es ese tipo de relación que se pone en juego en los blogs, o dónde reenvía la interconexión virtual de la blogesfera. También en este caso la diferencia con el universo del feminismo histórico parece, a primera vista, enorme: las relaciones entre las mujeres eran en aquel contexto – y son – percibidas como constitutivas y esenciales para la subjetividad de las mujeres, hasta el punto de excluir, y a veces incluso censurar, las manifestaciones más individuales, estigmatizadas como formas solipsistas y autorreferenciales (…) Nada más lejos de las miles de voces singulares que se cruzan en la blogesfera, cada una portadora de su propia individualidad (…) El movimiento de las mujeres ha puesto siempre el acento en el cuerpo y en la imprescindible corporeidad material de la experiencia. La relación es en esta perspectiva sobre todo relaciones entre cuerpos sexuados de mujeres. Evidentemente, en la blogesfera los cuerpos están ausentes, o mejor dicho, no existen cuerpos que inscriban directamente en su materialidad una pertenencia sexuada. En los blogs no hay cuerpos, sino simulacros de cuerpos…”.

El interés de Violi en la escritura diarista de las mujeres se debe a su preocupación, desde que escribe El infinito singular, traducido al español en 1991, por el silencio de las mujeres, nuestro silencio, resultado del uso de una lengua extraña, la masculina. Esta búsqueda se engarza a una potente línea de pensadoras radicales que nos provocan con parecidas reflexiones: Audre Lorde con “transformar el silencio en palabras”, Adrienne Rich con los conceptos de “continuum lésbico” y “lengua común”, Gloria Anzaldúa con “hablar en lenguas”, Margarita Pisano con “el estar expresadas”, entre otras y otros colectivos como las Cómplices en Latinoamérica o las italianas de la Librería de Milán. Si Violi se cuestiona sobre la posibilidad de salir de este silencio al nombrar las propias experiencias en primera persona, ligadas a nuestros cuerpos y nuestra historia, a la relación con otras mujeres y con el mundo, sin la mediación del patriarcado… pues entonces la existencia mayoritaria de blogeras (o el uso masivo del Facebook por parte de las mujeres / lesbianas / feministas) da cuenta de un retroceso en relación a estos principios existenciales del feminismo radical de la diferencia. Por lo tanto, su análisis aporta a uno de los planteos políticos clave de Margarita Pisano y el Movimiento Rebelde del Afuera: “una larga lucha de pequeños avances es una larga lucha de fracasos” para nosotras las mujeres (Pisano, 2001), o bien,“nuestras liberalidades son remedos de libertades” (Pisano & Franulic, 2009), y esta idea nos invita a una valiente revisión.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Subversión feminista vía Internet: el caso de los "Byte a Byte"


Cecilia Gordano

De entre la prolífica producción de net.art en los últimos años, este artículo se ocupa de ciertas expresiones en que convergen arte y política cyberfeministas, aprovechando recursos expresivos que facilitan la creación espontánea y la difusión instantánea.
El net.art se define como una práctica artística que tiene a Internet como su motor de producción y difusión. El término fue utilizado por primera vez en 1995 por el artista esloveno Vuk Cosic y ya para 1997 se había generalizado en los países desarrollados. Varias feministas que paulatinamente integraban Internet a su activismo político realizaron las primeras obras de net.art feminista1.
Más allá de posturas tecnofóbicas o tecnofílicas2, lo cierto es que el net.art es una de las tantas formas de practicar el ciberfeminsimo: "Las ciberfeministas han comenzado a abrir el disputado territorio de Internet, usándolo para la investigación, el juego y el placer, así como para nuevas actividades feministas: campañas políticas, educación, crítica, intervenciones tácticas, alianzas activistas, y toda clase de colaboraciones, tanto locales como internacionales" (Fernández y Wilding 2003).

La organización feminista uruguaya Cotidiano Mujer (CM) trabaja desde 1985 en la reivindicación de los derechos de las mujeres, utilizando para ello varios medios de difusión y visibilización: una revista, un programa de radio, obras de intervención urbana y, desde la masificación de Internet, un sitio web propio y listas de correo electrónico.
En este marco, propongo analizar dos piezas de una campaña que CM inició en 2006 y que continúa hasta la fecha. Integran una serie de animaciones digitales distribuidas por correo electrónico para promover "advocacy" y sensibilización sobre temas de la agenda feminista nacional, en especial vinculados con los derechos del cuerpo sexual y reproductivo.
La campaña se titula "Byte a Byte3" y contiene unas 14 piezas. Sus características formales y expresivas invitan a leerla a la luz de varios conceptos explorados en los estudios culturales feministas. Las piezas se caracterizan por una estética subversiva que mezcla, superpone y resignifica imágenes de la cultura popular, explotando su carga semántica presente en el imaginario uruguayo, sea por su iconicidad como por ser lugares comunes de referencia en el arte y la política. Son fácilmente identificables los estilos postmodernos del pastiche y la parodia4, que Linda Hutcheon equipara con formas de intertextualidad que desnaturalizan
lo dado y politizan la representación a tal punto que se vuelven obvios los mecanismos ideológicos de
los procesos de interpretación (Felluga). Intertextualidad, o la referencia de un texto dentro
de otro, es aquí sinónimo de remediación, un concepto característico de las artes digitales en la
que "se toman las propiedades de un medio y se re-utilizan en otro" (Bolter&Grusin 1996).
 
En "Byte a Byte 1" 
la foto del Palacio Legislativo (pag.12) de Montevideo ha sido intervenida digitalmente, teñida de rojo, invertida y colgada de una percha.
"Byte a Byte 1"
Esta primera pieza surgió ante la necesidad de fomentar la discusión del proyecto de ley para despenalizar el aborto (antes "colgado" o paralizado). Lucy Garrido, de Cotidiano Mujer, y la diseñadora gráfica Silvia Cacciatori Filloy trabajaron conjuntamente y en cuestión de pocas horas obtuvieron un archivo .gif5 fácilmente circulable entre las direcciones de email de la base de datos de la organización,
incluyendo otras feministas organizadas y autónomas, organizaciones de derechos humanos, periodistas y medios de comunicación, investigadores y, por supuesto, representantes políticos. Una frase interpela a los legisladores, recordándoles el posicionamiento de la mayoría de la opinión pública a favor de la despenalización del aborto y animándolos a votar acorde. El uso de la imagen de este edificio emblemático del poder del pueblo no es inocente, y me recuerda el collage de la artista estadounidense
Barbara Kruger quien sobre una foto del parlamento de su país escribió "Man´s best friend", denunciando el sesgo patriarcal del gobierno.

En "Byte a Byte 7" el foco es la diversidad sexual. Dos emblemáticas pinturas son remediadas, es decir, extrapoladas del contexto pictórico del museo y superpuestas en la animación. Se trata de la Venus de Urbino, realizada en 1583 por Tiziano, y la obra que ésta inspirara en Édouard Manet, Olympia, de 1863. Las figuras reclinadas de dos hermosas mujeres desnudas seducen y fascinan al modo de lo que Laura Mulvey definiera como la mirada masculina: el cuerpo femenino como objeto de deseo sexual masculino. Sin embargo, cuando la animación superpone sus cuerpos y los presenta compartiendo el mismo lecho, y cuando la mano Venus se desliza del pubis propio al de Olympia, hay una clara reivindicación del amor lesbiano. El uso de estas imágenes es doblemente subversiva si, además, recordamos una de las reivindicaciones de las Guerrilla Girls6 sobre la presencia de las mujeres en los museos (en especial el Metropolitan Museum de Nueva York): la gran mayoría desnudas, como modelos y musas pasivas en las pinturas.

"Byte a Byte 7"
Me gustaría finalizar este breve análisis destacando la importancia de la intervención feminista en espacios mediados por la tecnología, en este caso, digital. Como señala Vehviläinen, la tecnología es culturalmente percibida como neutral a cuestiones de género o como dominio masculino en el cual "las mujeres tienden a
definirse como no expertas" (2002:275).
Por un lado, Internet facilita la inmediatez de la comunicación con muy pocos recursos, pero también está condicionado por cierto "know how" en programación y diseño, así como por intereses económicos que restringen el acceso a las nuevas tecnologías a determinados segmentos de la población, y es un medio cuyopotencial se ha inclinado hacia la generación de productos de consumo (desde software a publicidades on line). En este sentido, Regan Shade distingue entre la feminización o usos femeninos de Internet, entendiendo así la gran oferta de productos para los roles tradicionalmente femeninos (para madres, para amas de
casa, productos de moda y belleza,etc.) 
y los usos feministas de la red de redes, cuando se hace con conciencia política para revertir los abusos del patriarcado. Como tantos otros movimientos sociales, los feministas tienen formas de subvertir los mensajes hegemónicos de Internet, apelando a metalenguajes digitales como el net.art, que cuestione las estructuras de poder dominante "on y off line"

domingo, 28 de noviembre de 2010

Adéntrate en las webs de las mujeres.



Cristina Fraga

 Aunque tengas poco tiempo, haz un pequeño hueco, seguro que cuando llegues a alguno de esos rincones, el tiempo no contará para ti y te compensará el esfuerzo. No sólo puedes encontrar aquello que anhelabas, también te puedes dar de bruces con alguna sorpresa que te haga parar el ritmo y que provoque el que las dimensiones tiempo-lugar-espacio se descoloquen.

En las páginas de las mujeres encontrarás, seguro, información de todo lo que acontece en el amplio y ancho mundo a las mujeres. También encontrarás, formas nuevas de crear el mundo, de reinventar nuestras propias vidas, de desnudar nuestras preocupaciones, de coparticipar en tareas comunes. Encontraras los rostros de nosotras, las mujeres, distintas, diferentes. Ecofeministas, pacifistas, progresistas, marxistas –todavía–,
conservadoras, ecogays, socialistas, sindicalistas autónomas o de partido.

Pobres, ricas, discapacitadas, artistas, escritoras, emigrantes, profesionales y trabajadoras del hogar. Adolescentes, maduras, ancianas. Negras, blancas, cuarteronas, mestizas... multiétnicas, multicolores, multiculturales. Heterosexuales, lesbianas, bisexuales e incluso abstemias.
 
Todas persiguiendo utopías. Todas comprobando y confirmando que la mitad del cielo, sigue vital, rica, caótica, refrescante. Y por qué no, encontrarás también, seguro, una nueva estética de la vida, o lo que es lo mismo no quedarnos en las formas sino ir al fondo de la cuestión.

 Fuente

viernes, 29 de octubre de 2010

Ciberfeminismo

 
  Las cyborgs
     Ciberfeminismo

¿ Por qué hay tan sólo unas pocas mujeres en posiciones visibles de liderazgo en el mundo electrónico? ¿ Por qué las mujeres programadoras y las hackers son sólo una pequeña minoría, frecuentemente considerada como una anomalía?
Ser grrrl significa ser una chica muy cool con tenacidad para “surfear” la Red, trabajar on-line con otras jóvenes y expandir la presencia de las chicas en las nuevas tecnologías de la información.

Una alianza entre mujeres, maquinaria y nuevas tecnologías esta surcando con graciosos gestos el ciberespacio. Aunque todavía las féminas que forman parte de este movimiento, prefieren evitar las definiciones, hay algunas cuestiones básicas sobre las cuales se asienta el Ciberfeminismo. Una de ellas es la idea de que, en conjunción con la tecnología, es posible construir la identidad, la sexualidad, e inclusive el propio género como a cada quien le plazca. Puerta de entrada conceptual para la rotura de muchos de los estereotipos genéricos que todavía existen.
En plena convulsión revolucionaria, a fines del S. XVIII, cuando en Francia la monarquía caía y los ciudadanos se planteaban nuevos derechos y nuevas formas de organización política, Mary Wollstonecraft (1759-1797) escribía en Inglaterra “A vindication of the Rights Women” (1792), 300 páginas en donde por primera vez las ideas de la Iluminación eran aplicadas a la situación de las mujeres. Aparte de convertirse en un best-seller rápidamente, esta obra fue la piedra fundacional del feminismo moderno. Mary consideraba esencial para la liberación femenina del yugo patriarcal la educación de las mujeres, ya que en esa época era poco común que una dama estudiara y ganara su propio dinero trabajando. Fue así que en 1783, cuando por fin consigue ahorrar el dinero necesario, funda una escuela para mujeres en Newington Green, un suburbio al norte de Londres.
Sin duda, en estas dos centurias transcurridas desde que esta activista británica lanzara su vindicación en pos de un trato igualitario entre hombres y mujeres, las cosas han cambiado algo en el ámbito de las desigualdades de género, y estos cambios están íntimamente relacionados con el universo tecno-científico en que transcurre nuestra contemporaneidad.
¿ Por qué hay tan sólo unas pocas mujeres en posiciones visibles de liderazgo en el mundo electrónico? ¿ Por qué las mujeres programadoras y las hackers son sólo una pequeña minoría, frecuentemente considerada como una anomalía?
Aunque las mujeres han hecho algunas de las mayores contribuciones para las invención de las computadoras y la programación de las computadoras, siguen siendo aún una minoría a la retaguardia. Estas son algunas de las preguntas que se hacen las mujeres enroladas en el movimiento de límites brumosos llamado ciberfeminismo.
Una de las guías intelectuales de las mujeres cibernéticas es Donna Haraway, una reconocida catedrática que dicta clases de Historia de la Conciencia  en la Universidad de California, Santa Cruz (EE.UU). Sus ideas han desencadenado una explosión de debates en áreas tan diversas como la primatología, la filosofía y la biología evolucionista.
Ella fue quien en 1985 lanzara el polémico ensayo (quintaesencia del ciberfeminismo) "The Cyborg Manifesto” (que forma parte del libro Simians, Cybors and Women. The Reinvention of Nature, D. Haraway 1991), incorporado actualmente en la currícula de numerosas universidades estadounidenses. Uno de los planteos que allí realiza, es el de trocar  el concepto de cyborg (cybernetic organism), invento surgido de la carrera armamentista desarrollada durante la Guerra Fría, en una herramienta para la lucha feminista.
El cyborg es un producto de la ciencia y la tecnología. Un autómata con autonomía incorporada. En una de sus declaraciones más provocativas Haraway (quien no se reconoce como ciberfeminista) dice: “somos todas/os cyborgs”.
La propuesta es comenzar a pensarse como nodos de un sistema de redes que se retroalimentan constantemente, de manera que esta nueva entidad ontológica viene a desbrozar muchas de las grandes dicotomías del pensamiento occidental: naturaleza/cultura, ego/mundo, máquina/humano, etc.
Pero no se trata solamente de la libertad para construir la propia individualidad, sino también de la posibilidad de estar en Red. Por eso los módems (por ahora) están en el centro de la política cyborg.
 
No es una motherboard
En septiembre del año pasado se desarrolló el Documenta X, una de las más grandes muestras de arte contemporáneo del mundo (que comenzó a realizarse en los años ´50), que se realiza cada cinco años en Kassel (Alemania). En el marco de este mega evento, tuvo lugar el 1º Encuentro Internacional Ciberfeminista (EIC).
Alla Mitrofanova, filósofa rusa y crítica de arte (de San Petesburgo), participó en este primer encuentro. En su lectura frente a las otras 36 mujeres que participaron del evento, lanzó una sugestiva afirmación de cómo ella consideraba a este movimiento de mujeres conectadas: "(Cyber)Feminism is a browser through which to see life". Frase  arriesgada, si se considerada que las ciberfeministas son reacias a definirse.
En aquella ocasión, las chicas (provenientes de Europa, EE.UU, Australia y Rusia) rehusaron plantearse límites claros y, haciendo gala de su estilo paródico, en este primer encuentro formularon las “100 Anti-tesis” que definen lo que el ciberfeminismo no es. Algunas de estas irónicas definiciones por la negativa son las siguientes: “el ciberfeminismo no es una fragancia, no es una institución, no es una estructura, no es sin conectividad, no es natural, no es triste, no es una motherboard, no es un trauma, no es romántico, no es posmoderno, no es lacaniano, no es un espacio vacío...”,  y la lista continua alegremente hasta llegar a las 100 negaciones constitutivas.
Las edades de las mujeres que pasaron esa semana reunidas, reflexionando y realizando diversas experiencias munidas de sus computadoras y conectadas a la Red, iban desde los 18 a los 55 años.
En esta ocasión se hizo imposible no nombrar las diferencias que hay entre estas feministas telemáticas y aquellas de antaño (que no utilizaban las computadoras como herramienta política). En general, en el EIC se vislumbró un cierto repudio al estilo “setentista” del feminismo, por su carácter anti-tecnológico, lo que lo convertiría en  irrelevante para la actualidad de las mujeres que hoy interactuan con las nuevas tecnologías. Sin embargo, Las ciberfeministas más críticas consideran que este repudio al feminismo histórico es problemático porque tira por la borda muchos de los logros históricos del movimiento, y de esta forma se produce una  especie de rápido alineamiento con los miedos populares basados en estereotipos, y con los conceptos erróneos acerca del feminismo.
El problema parece ser entonces, cómo crear una política feminista y una trayectoria activista acordes con las nuevas condiciones culturales, donde diversos grupos de mujeres están implicadas en el circuito integrado de las tecnologías globales.
 
La Patria Grrrl
El Cybergrrl-ism es una de las más populares “encarnaciones” ciberfeministas en Internet. Las diferentes  modalidades de esta movida adopta los más diversos nombres que se encastran siempre con el “patronimio” que las identifica (grrrl): "webgrrls", "riot grrls", "guerrilla girls", "bad grrls", etc. Como Rosi Braidotti (profesora universitaria, que enseña en la Universidad de Utrecht, Holanda) y otras teóricas de este feminismo de nuevo cuño han señalado, el trabajo irónico, paródico, divertido e iracundo de muchos de estos recientes grupos "grrrl" es una importante manifestación de la nueva subjetividad y representaciones culturales en el ciberespacio.
Corrientemente hay una amplia variedad de articulación de prácticas feministas y protofeministas entre estos grupos. Las actividades y productos (culturales) en torno a los cuales las chicas son convocadas, es bastante amplio como para pretender  homogeneidad en este grupo: desde mailing lists para intercambiar conversaciones cotidianas, hasta foros de discusión sobre ciencia ficción y cyberpunk; desde femporn zines hasta proyectos anti-discriminatorios.
El Cybergrrl-ism generalmente parece adoptar una actitud del tipo "cualquier cosa que quieras ser o hacer en el ciberespacio es cool", esto responde a una tendencia de las chicas marcada por un cierto desinterés en la crítica política en relación a la posición de las mujeres en la Red, y esto se refleja en una especie de pragmatismo del “sólo hazlo” (Just do it). El resultado de esta actitud, suele ser frecuentemente la re-circulación (por parte de las grrrls) acrítica de las imágenes sexistas y estereotipadas que los medios masivos de comunicación producen tanto de las mujeres como de los hombres.
Lo que muchas veces olvida la utopía grrrl, es el reconocer que los nuevos medios de información funcionan siempre en una estructura social determinada.
Faith Wilding (artista, investigadora y teórica, que enseña y trabaja junto a Critical Art Ensemble) termina su reflexión acerca de las cybergrrls en el EIC de esta manera “Ser bad grrls (chicas malas) en Internet no va a cambiar el asunto (de la preponderancia masculina en el área de la high tech) demasiado, ni tampoco va a desafiar el statu quo, aunque puede proporcionar refrescantes momentos de delirio iconoclasta. Pero si la energía  y la inventiva grrrl fueran acopladas con un sabio compromiso político... ¡Imaginen!”
 
Aquellos viejos muchachos
Cornelia Sollfrank es miembro de INNEN, un grupo de 4 artistas mujeres, fundado en 1992 en Hamburgo (Alemania). Ellas trabajan con los medios electrónicos y teorizan también acerca de ellos. Suelen hacer performance donde aparecen todas iguales: el mismo vestuario, el mismo peinado y el mismo maquillaje, la confusión de la identidad, es lo que trabajan las jóvenes germanas en sus puestas en escena.
VNS Matrix http://sysx.apana.org.au/artists/vns es otro grupo de artistas mujeres, pero australiano. En los inicios de esta década, ellas acuñaron el término ciberfeminismo y una de las primeras acciones que emprendieron como grupo fue diseminar el “Manifiesto ciberfeminista para el siglo XXI” que escribieron en 1992.
De la suma de INNEN y VNS Matrix surgió Old Boys Network (OBN) www.obn.org, la primer Organización Internacional Ciberfeminista.
¿ Y entonces por qué ese nombre señoritas?
Bueno, sucede que Old Boys Network es una expresión idiomática sajona que describe una interrelación informal entre hombres. Usualmente los Old Boys de una red van a la misma universidad. De lo que se ocupa entonces una Old Boys Network es de ser el apoyo para estos profesionales, y a la vez fortalecerse con el apoyo de los mismos. Los “muchachos” más viejos, que están en una posición poderosa ayudan a los más jóvenes y estabilizan su propia posición de esta manera. Ellos intercambian trabajos e información, y de esta manera parece que las cosas funcionan más o menos OK entre los varones universitarios.
¿ Toda una ironía verdad?
El objetivo de OBN es construir espacios donde el ciberfeminismo pueda ser investigado y puesto en acto. Por eso esta organización fue la gestora y organizadora del encuentro realizado el año pasado en Alemania, que tendrá su segunda versión en Rotterdam (Holanda) en marzo de 1999.
La abuela de Franquenstein
La rebelde Mary Wollstonecraft murió a los 37 años mientras daba a luz a su segunda hija, Mary, quien crecería y se casaría con el poeta romántico Percy Bysshe Shelley. Mary Shelley es quien escribirá en 1818 una de las más importantes obras en la historia de la ciencia ficción: Franquestein.
Las dos Marys respondieron con reivindicaciones y obras muy particulares a su tiempo que, después de muchos años, aún continuan siendo hitos, a su manera, en la historia de las mujeres.
En este momento histórico, que muchas/os ubican como posterior a un modernismo ya acabado, el ciberfeminismo pareciera tener mucho para decir y hacer, en las redes mundiales de la información.
Las nuevas tecnologías han provisto un nuevo imperativo poderoso para la discusión feminista, porque han sido históricamente dominadas por los varones, pero a la vez también contienen nuevos significados y métodos para cuestionar los modelos de roles y las estructuras de poder heredados, justamente lo que el feminismo viene reclamando desde antes que los medios digitales surgieran.
“El cyborg no reconocería el Jardín del Edén, no está hecho de barro y no puede soñar con volver a convertirse en polvo (...) Los cyborgs no son reverentes, no recuerdan el cosmos, desconfían del holismo, pero necesitan conectar: parecen tener un sentido natural de la asociación en frentes para la acción política, aunque sin partidos de vanguardia. Su problema principal, por supuesto, es que son los hijos ilegítimos del militarismo y del capitalismo patriarcal, por no mencionar el socialismo de estado. Pero los bastardos son a menudo infieles a sus orígenes. Sus padres, después de todo, no son esenciales.” Así Haraway va delineando, en forma de blasfemia, de qué manera este engendro de la modernidad tardía, humano y máquina a la vez, es un espacio ideal para construir nuevas identidades en Red. Porque la era cyborg es aquí y ahora, en cualquier lugar donde hay una computadora o un auto o un teléfono o alimentos dietéticos. Y es esta era, con su Franquenstein posmoderno, la que plantea la necesidad de indagar  novedosas subjetividad.
 
 
Fuente: