sábado, 22 de diciembre de 2012

En las Fauces de la historia Masculina








Mujeres Ixchel

Por Andrea Franulic


Las feministas se organizan y salen a la calle, una y otra vez, para pedir o para denunciar, según lo que el sistema nos otorgue o nos quite a las mujeres. El sentido de la política feminista se sostiene en el patriarcado como referente y éste alimenta su proyecto de sociedad, el único existente, y lo mantiene vivo. Es importante conocer el patriarcado, saber de sus mecanismos de reciclaje, de sus acomodaciones y modernizaciones, pero justamente este conocimiento debe servirnos para abandonarlo y pensar otro proyecto de sociedad, no para seguir respondiendo y reaccionando ante sus urgencias. Este análisis se hizo oír, en el contexto del feminismo chileno y latinoamericano, hace más de 15 años cuando Pisano y las feministas de la autonomía cómplice, continuando las premisas de la diferencia de Carla Lonzi, proclamaron el desprendimiento del patriarcado.

            Por eso, mi objetivo al asistir a la marcha fue interpelar a las pocas manifestantes feministas que allí había y no al sistema establecido. Con el letrero: “Feministas: ¿hasta cuándo corren tras las zanahorias podridas del patriarcado?”, pretendí, junto a otras compañeras, y desde el Movimiento Rebelde del Afuera, dar cuenta de la derrota de las estrategias políticas de resistencia y la urgencia de pensar otras que se salgan del juego de guerra patriarcal. Si bien a lo largo de nuestra historia feminista ha habido algunos aciertos, éstos se han perdido en medio de reivindicaciones o por la intervención de feministas que siguen tras la búsqueda de la legitimidad patriarcal. Así, las sufragistas también quisieron despenalizar el aborto y, en lugar de ello, “González Videla les dio el voto”. Luego vino el silencio y el sucumbir, una vez más, en las fauces de la historia masculina. Podemos felicitar la valentía de las sufragistas y también ver y aprender de su derrota.

Durante los ochenta, las feministas avanzaron en la construcción de un saber orgánico que fue vendido por algunas –por la mayoría- que accedió al poder masculino e institucional que abrió la Concertación política y “nos dio el SERNAM”. Esas mismas (María Antonieta Saa, Vicky Quevedo…) animaban desde el escenario la marcha constitucional. Las mismas que negociaron La Morada (el referente político-feminista con el que contaban las mujeres de este país); las mismas que cambiaron feminismo por género, que se acomodaron en las universidades, en el estado, en los medios, en los organismos internacionales, etc., a costa de tener un coro de mujeres vociferantes detrás... Las mismas que trocaron rebeldía e insolencia por el letrero amarillo del “Derecho a decidir”… Mientras, el coro lo conforman las organizaciones de feministas autónomas que, aunque tengan una contrapropuesta, se hacen cómplices de esta historia de malas negociaciones y ventas que arrasó con lo transformador y pensante del feminismo.
 Todo lo que sucedió en esa marcha grafica en qué están convertidos los movimientos sociales y la nula autonomía del feminismo. Por eso, el final era previsible. Después de que Vicky Quevedo hiciera gritar a las masas descontentas: ¡de-so-be-dien-cia!, les repartieron las migajas correspondientes (píldoras en los municipios y el consuelo de que no eliminarían los DIU) para que a continuación quedaran las calles desoladas.

Qué más pruebas se necesitan para ver estas derrotas, para dejar de correr tras las zanahorias podridas del sistema. Qué más pruebas se necesitan para decidir abandonar las gastadas estrategias, para profundizar las denuncias y luego seleccionar los silencios,  para escribir una historia propia… 

jueves, 13 de diciembre de 2012

SOLIDARIDAD CON LOS PRESOS POLÍTICOS DE BARILLAS




A partir del estado de sitio realizado en mayo del 2012 el cual fue de hecho ya una violación de los derechos humanos de mujeres y hombres del municipio de Santa Cruz Barillas hemos visto como se han perseguido a las lideresas y líderes de las comunidades por parte del gobierno y las empresas al girar ordenes de captura contra mujeres y apresar a líderes comunitarios bajo fundamentos como “terrorismo”. Cuando lo único que han hecho ha sido únicamente organizarse denunciar y manifestar su desacuerdo y oposición de manera pacífica a las actividades de la Hidro Santa Cruz (Ecoener – Hidralia) en su territorio.

Hasta el momento se han emitido 33 órdenes de captura en contra de líderes y lideresas.
Las familias niñas, niños y Mujeres están sufriendo el abuso militar y oligarca que se está ejerciendo contra la población estamos en una guerra en donde el objetivo es eliminar las garantías de derechos humanos y eliminar la voz del pueblo, asi como violentar los derechos de los pueblos indígenas y de las mujeres .

Las repercusiones y daños no solo la viven los lideres capturados si no toda su comunidad pero especialmente las familias y mujeres
Las mujeres esposas, compañeras de lucha, hijas , madres están luchando por la liberación de los presos políticos y el cese a la persecución política.

Es momento de decir basta a estas vejaciones y de hacer algo, no podemos permitir que se nos siga despojando de nuestros cuerpos , de nuestro territorio de nuestra vida.

Exigimos el Cese de la persecución y pedimos la pronta liberación de la población organizada , Asi tambien se exige que cese el despojo de la tierra por parte de empresas como Hidro Santa Cruz (Ecoener – Hidralia) y se pide que esta salga del territorio y se haga valer el derecho de decisión de la población de Santa Cruz Barillas .
Pedimos que se respete los derechos de los pueblos indígenas, mujeres, niñez y que se reconozca el daño que el gobierno y la empresa esta ejerciendo contra familias y comunidades enteras.




Fuente e información CMI


Es necesario solidarizarnos con las familias de los presos politicos  moralmente , politicamente y si podemos en dar aportes para poder aportar en la lucha que hoy viven y poder aportar tambien a ellos directamente 
 

  Se puede aportar con viveres para ellos que estan en el centro preventivo, así como a sus familias  con viveres, utiles escolares , escribirles cartas, poemas, mandarles tarjetas , pinturas que les animen a seguir en la resistencia y sepan que todas y todos somos Barillas  y que resistimos  y luchamos por la vida.



 para quienes quieran  hacerlo se pueden comunicarse  a mujeresixchel@gmail.com. 




jueves, 6 de diciembre de 2012

Mirar desde Afuera... y ver.


MARGARITA PISANO





MARGARITA PISANO

¿Qué haremos con tantos dioses e iglesias y tantos héroes
y regimientos vacíos de su contenido? El ser humana y el
ser humano en sí mismos no cambiarán, cambiarán sus
deseos, sus ideas, sus lógicas, sus costumbres, sus
verdades y sus libertades... sólo por mencionar algunas utopías."

La macrocultura vigente ha encubierto todo, tramposamente, en una aparente neutralidad amorosa. El lugar desde dónde me sitúo para ver es el AFUERA. Hablar desde el sistema es fácil. Desde allí se apela a lo instalado, se reafirma la idea de que el sistema es modificable y válido, en toda su extensión y profundidad. Por lo tanto, un planteamiento que va más allá, no está en igualdad de condiciones; provoca una cierta sordera y una gran incomodidad.

En el mundo intelectual se han elaborado críticas, más conocedoras, hasta más implacables, que las críticas que se han hecho desde el feminismo. Quién sabe, el poder del "pertenecer" haga posible esta visión. La "timidez" del feminismo es consecuencia, por un lado, de lo descalificadora que es la masculinidad contra las mujeres, y más aún, si son pensantes; deslegitimándolas peyorativamente, con los costos que esto ha implicado, históricamente, en sus vidas cotidianas y en sus cuerpos.

Por otro lado, la ambigüedad y las contradicciones profundas de estar y no estar en el patriarcado (una especie de extranjería), y sin embargo combatirlo, proponiendo "igualdades" y "diferencias". Esta pérdida de radicalidad es producto de no contar con "cierto desparpajo" para situarse AFUERA y, por esto, no haber avanzado en la desconstrucción, con la misma velocidad con que la masculinidad hace sus acomodaciones. La "timidez" del feminismo masculinista negocia como cualquier arribismo que quiera "pertenecer" al poder de estas estructuras de dominio.

Al plantear este AFUERA, me refiero a la posibilidad de desprendernos para desmontar el orden simbólico existente, no a estar fuera del mundo. Porque el mundo nos interesa y nos interesan los que lo habitan, consideramos urgente el derrumbe de este sistema de relaciones violentas y la construcción, a su vez, de "otra" cultura macro, a la que no debemos "bautizar", pues se inventará a través de un intercambio humano entre nosotras y luego -no antes- con otros seres humanos que no serán los tramposos patriarcas modernos masculinistas.

¿Qué haremos con tantos dioses e iglesias y tantos héroes y regimientos vacíos de su contenido? El ser humana y el ser humano en sí mismos no cambiarán, cambiarán sus deseos, sus ideas, sus lógicas, sus costumbres, sus creencias, sus verdades y sus libertades... sólo por mencionar algunas utopías.

Desde la Institución, el análisis de género se legitimó y neutralizó, "despolitizando" el desequilibrio perverso -entre mujeres y varones- en el que el sistema se sostiene y que nos está conduciendo, vertiginosamente, hacia la deshumanización. El género pone lo femenino y lo masculino en una relación "asimétrica", pero sin traspasar la línea crítica del desmontaje de sus valores y privilegios.

Esta macrocultura se queda inmodificada en las demandas de igualdad dentro de sí misma o en la exaltación de las "diferencias", atrapadas en una lógica de superioridades/discriminaciones y en la ceguera del orgullo por su Historia.

Las reivindicaciones no generan ideas distintas a las permanentemente remozadas por la masculinidad: la igualdad, el respeto, la tolerancia, la libertad, son conceptos elaborados desde el cuerpo histórico varón; las reivindicaciones de los varones parten desde esta historia legitimada, las de las mujeres, no. La libertad vivenciada por un cuerpo mujer -tan domesticado- que posee potencialidades reproductivas, es radicalmente distinta a la del varón.

Las mujeres han ido accediendo a la masculinidad -"como femeninas"- y esto se confunde con "cambios culturales". Pienso que la libertad, la igualdad, incluso el amor, son buenas ideas, pero envueltas en papel de cumpleaños son las más eficientes para pervertir el deseo de autonomía y de verdadera libertad de cada ser humana.

Desde este otro lugar político-simbólico en el que me sitúo, no creo en este sistema y en su capacidad de cambio civilizatorio, al contrario, lo creo capaz de generar cada vez más violencia, como consecuencia de su lógica, encarnada en un solo cuerpo sexuado histórico válido, pensante y hablante; es cuestión de mirar... y ver... dónde estamos y lo que hacemos.

Para mí, la masculinidad contiene la feminidad, es una sola ideología, un único constructo cultural. Pienso que esta mirada es crucial para entender la macrocultura vigente desde un lugar no contaminado ni enganchado en ella.

En esta masculinidad/feminidad, la que piensa, hace y ordena es la masculinidad. El colectivo de varones pensó e instaló a las mujeres dentro de la feminidad. Sin embargo, LO FEMENINO NO SOMOS LAS MUJERES, a pesar de que sólo nosotras tengamos la experiencia sometida de la feminidad, se trata de una construcción social, política, económica y emocional, desde un cuerpo ajeno. La feminidad no tiene autonomía ni un cuerpo pensado-pensante y valorado desde sí mismo, más bien, obedece a quien la piensa y asume la cultura masculinista como propia, de forma aberrante para sí misma.

Entendido así este MONOMIO simbiótico de lo masculino-femenil, no es extraño que hoy los varones quieran recuperar para sí mismos lo que van encontrando deseable de la feminidad, creada por ellos y para ellos. De esta manera, transitan desde un patriarcado fuerte y duro hacia una masculinidad más plena y suavizadora de sus exigencias y responsabilidades. Yo llamo a esto: "el triunfo de la masculinidad".

Si se analiza, desde el AFUERA, la última película de Almodóvar Hable con ella (premio Óscar), se ve esta proyección; en ella, los hombres lloran, cuidan, sienten. Mientras, las mujeres se des-cerebran, sus cuerpos aparecen mudos, manipulables y violables; máxima realización de la masculinidad/feminidad, en el fondo es su gran fantasía.

Reivindicar la capacidad de emocionarse y llorar, como si fuese lo femenino en un cuerpo varón, me parece contaminado de la contralectura de que una mujer inteligente, activa y pensante tiene más desarrollada su parte masculina (la cabeza). O sea, pensar, crear y hacer política, QUE ES PARTE DE LO HUMANO, está tomado por la masculinidad. Por lo tanto, la operación de descalificación y de sumisión contra las mujeres ya está en marcha, y es más profunda de lo que aparenta, aun cuando la masculinidad esté reivindicando parte de la feminidad para sí (el metrosexual); de este lugar simbólico, saca y pone lo que le conviene social, política y economicamente.

La operación que hizo la masculinidad patriarcal -y que continúa re-significando la masculinidad moderna- fue dejar el cuerpo cíclico de las mujeres atrapado en la simbólica naturaleza-animalidad, despojándolo de la creatividad intelectual HUMANA, pero enfatizando su intuición, su amor-entrega y emocionalidad (descerebrándolo). En cambio, al cuerpo varón, el cual también es naturaleza, lo transformó en pensante, hablante y capaz de crear símbolos y valores, instalándolo en un protegido y ventajoso orgullo.

Por eso, es muy distinto, desear parte de la feminidad desde el lugar del poder (poder elegir feminidades), a resistirse a ella desde el lugar del dominado, como lo han hecho muchas mujeres durante siglos, las cuales han servido a los hombres y han sido la fuerza de reposición y de reserva de su sistema cultural. No rescato NADA de la feminidad. El llorar no es un privilegio. La "comodidad" de lo femenino, para las mujeres, esconde esclavitud; para los varones, representa libertades.

Una cosa es la resistencia, y otra, la verdadera rebeldía; plantearse la desconstrucción de la masculinidad/feminidad es urgente. Sin una historia hablada, construida e interpretada desde el Afuera, seguiremos nuestra existencia en la ajenidad de lo femenino e insertas en la deshumanización.

Una de las plataformas de la masculinidad/feminidad para mantenerse vigente es su concepto de AMOR; salvador, incondicional y eterno, que traspasa los espacios íntimo, privado y público. "Por amor" se aprende la propiedad y la fidelidad "sobre" las personas y su sexualidad. Se tiene fidelidad sexual, fidelidad a un apellido o a la iglesia; se tiene amor a la familia, a la patria, a la pareja, a los amigos o a los pobres. "Por amor" se debe dominar el cuerpo y el cuerpo reproductivo con mayor razón; los varones siempre han envidiado nuestra seguridad de saber quiénes son nuestros hijos.

¿Qué clase de libertad se arrastra en este oscurantismo? ¿Cómo podremos salir de este T O D O despedazado?

Las mujeres, dentro de la feminidad, son significadas por el orden maternal, desapareciendo como personas pensantes, creadoras, autónomas y gozosas de la vida. Su lugar social reconocido es el de la MADRE, cuyo "amor" es "el bueno", absoluto, sacrificado, "sin razones", "ciego" y "para siempre", paradigma del resto de las relaciones. A partir de esta propuesta masculinista de la "buena madre", las mujeres, persiguiendo este modelo inalcanzable, caen en un continuo proceso de autoinculpación, causante, en gran parte, de su esclavitud simbólica, y se relacionan entre ellas, con ELLOS y el mundo, a través de un sistemático MADRERISMO FEMENIL (tengan o no, hijos).

El "madrerismo" encubre el gran sistema de traiciones contra las mujeres, negándoles sus condiciones de lo humano y sosteniendo la misoginia, ejercida por el patriarcado/masculinista y las mujeres "femeninas". De esta manera, la "buena madre" es la gran reproductora del mismo sistema que las esclaviza y las desaparece, en una aparente des-ideologización y naturalización. Ésta es la feminidad contra las mujeres, donde se cultiva y ejerce la desconfianza hacia ellas y entre ellas.

"Porque el fundamento de la violencia simbólica no reside en unas consciencias engañadas a las que bastaría con ilustrar, sino en disposiciones que se ajustan a las estructuras de dominación de las que son producto; no puede esperarse una ruptura de la complicidad que la víctima de la dominación simbólica concede al dominante, más que a través de una transformación radical de las condiciones sociales de producción de esas disposiciones, que induce a los dominados a adoptar respecto a los dominantes y respecto a sí mismos un punto de vista que no es otro que el de los dominantes.", citando a Bourdieu.(*)

El discurso de esta cultura es "salvador": en nombre del "bien" de los hombres, de la familia, de los animales y la naturaleza, etc., hacen lo que hacen y de verdad se lo creen. Salvo algunos pocos "malos de verdad", la mayoría actúa "en nombre del bien de la humanidad y de su historia", de esta manera, impregnan todo su discurso de una "dulzura" que apela, por supuesto, al "sentido común-corazón chorreante" tan bien instalados.

Éste es el BUENISMO institucional: las leyes, la cruz roja, las iglesias, los partidos, los ejércitos, los DDHH, etc., son buenistas. El buenismo afirma un sistema de relaciones de dependencia y de orgullo, funcional a la dinámica de dominio. Si queremos construir una ética realmente distinta, creo imprescindible desmontar este chorreo sensiblero y jamás recuperar esta "sin razón" amorosa.

Entonces, ¿en qué "zapatos" queremos estar? ¿Desde dónde discutiremos cómo es esta macrocultura? ¿Desde el lugar de los poderosos, los creyentes y obedientes? El sistema, con sus poderes, críticos e instituciones, SABE LO QUE HACE, y los movimientos de resistencia le son favorables. Lo mueven para que actualice sus discursos, modernizándose y provocando la idea y sensación de falsos avances.

Pienso que para generar una nueva propuesta de mundo y de vida que valga la pena -sin repetirnos en los sucesivos fracasos de derecha e izquierda, de religiones antiguas o modernas, de ciencias y tecnologías-, necesitamos situarnos AFUERA de este orgullo histórico, para poder ver que la cultura vigente es desechable, incluidos sus productos más preciados, guardados en museos y bibliotecas.

Las seres humanas, realmente rebeldes, deberían profundizar y trascender las "volteretas" críticas de las y los INTELECTUALES institucionalizados mentalmente, con la radical diferencia de que nuestros cuestionamientos provendrían desde "otro" lugar des-prendido y des-aprendido. Por esta misma razón, rechazo rotundamente la idea de transformarme, al hacer política, en la CONSCIENCIA de todos ellos que saben, en las penumbras de sus pensamientos, qué nos están haciendo.

Para reconocer nuestra historia de deshumanización, debemos enfatizar el análisis crítico de la construcción de los deseos, marcados, con marcas de fuego, en los cuerpos. Pasar a entender el sistema parejil no como un instinto, sino como un mal producto cultural del deseo y sus diferentes variantes modélicas. Sin ver que la masculinidad contiene la feminidad, no podremos situarnos en la desconstrucción del orden simbólico parejil y familista, y construir seres humanos sexuados, completos y en sí mismos, legitimados y respetados en todas sus dimensiones y capacidades.

En el mundo homosexual las relaciones están perturbadas por el sistema cultural parejil-familista, tanto como en la heterosexualidad. Es un mundo fronterizo en el que es posible la mirada desde el Afuera, por su desplazamiento de lo establecido. Sin embargo, este desplazamiento llega a ser funcional y conservador de la propia tiranía parejil heterosexual, pues repite el sistema de dominación/dependencia de lo masculino-femenil, introyectando y reproduciendo estereotipos; basta ver la representación de lo femenino y la misoginia en el mundo gay; demandando, además, patéticamente, tolerancia e igualdad.

La potencialidad para un cambio civilizatorio radica en desmontar el sistema canónico, inscrito en el amor romántico, el cual sostiene al espacio parejil de sexo-amor, diseñado especialmente para el dominio y la reproducción, estructurando las represiones sobre el cuerpo pensante y hablante, único instrumento con el que tocamos la vida.

La gran aventura de nuestros tiempos, pienso, es ensayar otras formas y otros códigos para relacionarnos y así desmontar esta cultura y sus dinámicas guerreras, permeadas de orgullo. Sin esta experiencia, sólo daremos vueltas, volteretas y revueltas, cual saltimbanquis.


Margarita Pisano
Movimiento Rebelde del Afuera
Coloquio "Utopía(s) 1970-2003"
organiza Universidad Arcis
Septiembre de 2003

































domingo, 2 de diciembre de 2012

Demandas por Violaciones sexuales y asesinato realizados por Agentes de la seguridad privada de la Minera CGN y policía Nacional civil y Ejercito en desalojos ocurridos en El Estor Izabal en el año 2007.




 2 de Diciembre de 2012
Por : Mujeres Ixchel y CMI 

Del 24 al 29 de noviembre de 2012 de 2012, se  realizaron audiencias  preliminares  en Toronto Canadá,  como  parte de  las demandas civiles  que se interpusieron contra la empresa canadiense Hudbay  Minerals,  por las violaciones de derechos humanos cometidas  en el Estor, Izabal por la compañía Guatemalteca  del Níquel (CGN) de la cual era propietaria en ese entonces. 

El grupo compuesto por cuatro mujeres  y un hombre de pueblo Maya Q`eqchì   participaron en estas demandas  presentadas en el  año 2011 en Toronto Canadá  la primera fue interpuesta por 11 mujeres q`chies que fueron victimas de violaciones sexuales masivas y múltiples durante los desalojos  violentos cometido por agentes de la seguridad privada de la CGN, la policía nacional civil y el ejército de Guatemala que fueron cometidos el 17 de enero del 2007.  Las otras demandas son por el asesinato del profesor Adolfo Ich, así como  los disparos que dejaron parapléjico al joven Germán Chub durante una protesta pacifica realizada el 27 de septiembre del 2009 y que fue reprimida por las mismas fuerzas de seguridad. 

Las tres demandas que se interpusieron fueron apoyadas  por la empresa de abogados klippenstein`s  y Derechos en acción.

Luz Méndez de la Unión de Mujeres Guatemaltecas ve la importancia de estos casos para sentar un precedente de violaciones de empresas transaccionales en el país y  así como sentar precedencia  en la lucha en contra de la violencia hacia las mujeres y la lucha de los pueblos indígenas por   el  respeto  a su derecho a la tierra y el territorio.

"Estos casos civiles son de gran trascendencia  y es que se busca sentar un precedente para que las compañías transaccionales sepan que tienen que responsabilizarse  por todos los daños que causan en Guatemala y otros países daños en primer lugar que son atentados a la dignidad a la libertad  y la dignidad de las personas,  y daños al medio ambiente entonces lo que se busca  con estas demandas es sancionar estas violaciones que fueron cometidos por esta empresa"

Las mujeres violentadas sexualmente son mujeres  campesinas que estaban luchando por el territorio en el lote 8 el Estor, mujeres que están en la resistencia y que fueron violentadas sexualmente y que junto a sus familias y comunidad fueron victimas de violaciones a derechos humanos como la  quema de las casas y las siembras y otros bienes materiales. 

 
¿Qué fue lo que sucedió y cuáles son las demandas que tienen?

Angélica Choc quien demanda justicia por el asesinato de su esposo el profesor Adolfo Ich nos comenta:

Para nosotros estos casos son muy dolorosos por que nos han causado mucha tristeza, como el caso de Rosa Elvira  que es una historia muy grande muy dolorosa el caso de Germán el joven  que fue baleado y que aun tienen la bala en la columna  y esta en silla de ruedas.  Y el caso del profesor que fue asesinado por el Jefe de seguridad CGN el militar retirado Maynor Padilla Gonzales.

En Guatemala no somos escuchados los pueblos indígenas y sobre todo las mujeres, por eso  estamos aquí nosotras alzando nuestras voces  para que nos escuchen, buscando justicia , exigiendo justicia, de tantos casos que nos han sucedido no estamos peleando solo por tres casos estamos peleando la defensa de nuestro territorio la defensa de nuestras comunidades.

Ojala que las comunidades se den cuenta del daño que causan las  empresas y que no se dejen manipular, si estamos denunciando es no solo para demandar nuestro caso, si no por las demandas de la tierra.
 
¿Cuando ocurren todas estas violaciones?

Son grandes los  desalojos que ellos hicieron, CGN y compañía Guatemalteca del Níquel  cuando llegaron, en  el 2004 sin preguntar a las comunidades sin estaban de acuerdo o no con el trabajo que iban a realizar, ellos entran violentamente haciendo desalojos ilegales y violentos con el acompañamiento de  la policía nacional civil, ejército y  la seguridad de la empresa.

Es por eso que nosotros estamos demandando no sabemos que viene, pero no tenemos miedo, tenemos que seguir luchando buscando justicia  porque no estamos inventando cosas todo lo que demandamos son realidades que hemos vivido.

¿Cuál es el papel de las mujeres en la organización y resistencia que ustedes tienen?

Muchas veces las mujeres no somos tomadas en cuenta, pero eso no significa que nos vamos a quedar de manos cruzadas, siempre nos comunicamos entre  nosotras y me doy cuenta que hay una resistencia porque estamos habitando las comunidades y ahí estamos y ahí seguiremos.


¿Cuál es su experiencia y cómo se sienten?

 Rosa Elvira Coc Ich, sobreviviente de  las violaciones sexuales ocurridas en estos desalojos,  también nos comenta la experiencia que vivió y lo que actualmente están  haciendo en esta búsqueda de justicia.

"Mi nombre es Rosa Elvira yo quería darles a conocer lo que ha pasado en nuestras comunidades,  es muy doloroso volver a repetir lo que la empresa nos ha causado sobre los desalojos violentos que hubo en nuestras comunidades de lote 8 por esa razón nosotras estamos en búsqueda de justicia y  tomamos la decisión de ir a Canadá y presentar una demanda legal en contra de la empresa.

Sabemos  que ellos son los responsables  de los desalojos violentos que sufrimos en nuestras comunidades, somos 11 mujeres que sufrimos violaciones sexuales por parte de la empresa CGN  de la guardia de seguridad privada de esta, de la PNC y del ejército.

Para mí hacer justicia me hará sentirme bien, porque aquí en Guatemala no hay justicia, los operadores de justicia aquí lo que buscan es el dinero, cuando un pobre presenta su demanda todo queda en la impunidad"

martes, 27 de noviembre de 2012

Denuncia Publica Sobre Abuso Policiaco contra Marisol Morataya, Joven Mujer y comunicadora Social

  
Marisol Morataya 

Comunicadora Social   y parte del Movimiento de Mujeres 

Guatemala 27 de noviembre de 2012

Por este medio quiero hacer una denuncia pública contra los agentes de la Policía Nacional Civil, de la comisaría que se encuentra en la 3av y 14 calle de la zona 1 de esta ciudad.

Ya que el día 19 de noviembre del presente año, efectuaban un desalojo de personas vendedoras de artesanía en la 8 calle entre 6 y 7 av. de la zona 1 de esta ciudad, en ese momento yo me encontraba dando una vuelta en mi bicicleta con mi perro y me percate que un agente de la PNC le estaba pegando a un joven que estaba sentado tomando video del desalojo, le pegaba y le exigía a gritos que le diera el teléfono para borrar el video, en ese momento me acerque a preguntarle y exigirle al agente que le dejara de pegar por tal cosa, el agente me respondió que no era mi asunto y que no me metiera , en ese momento seguí exigiendo que se le dejara de pegar al joven y se acercaron dos agentes mujeres y una de ellas me sujeto de uno de mis brazos y la otra se dispuso a registrarme exponiendo mis senos al publico que se encontraba allí así mismo me toco mi vulva y presionaba sus manos contra ella.

Me soltaron y me dispuse a sacar mi teléfono celular y tomar video de lo que estaba sucediendo ya que le seguían pegando al joven, tome video y y se acerco el agente en mando del operativo Santizo es su apellido, el cual me pregunto que solicitaba y le dije que quería que se le dejara de pegar al joven y que se me proporcionara la identificación de las agentes que me habían registrado de manera abusiva y violenta, el me dijo que si me los iba a brindar pero no fue así se hizo el loco ,entonces lo que hice fue tomarle video a las patrullas en las que se transportaban y de repente la misma agente mujer que me violento me agarro y me dijo que por "Brincona" me apresaba ,le puse resistencia y le coloque al frente mis dos manos, me coloco las esposas y otro agente le dijo que me quitara el teléfono porque yo tenia grabado video.

Tire el teléfono al piso y un agente lo agarro y se lo metió a la bolsa de su pantalón, se me subió a la patrulla nunca se me dijo el porque realmente se me apresaba , se metían en calles para desorientarme, se estacionaron en la 8av y 13calle de la zona 1 donde me di cuenta que habían aprendido a otros dos jóvenes más, y las agentes mujeres discutían con un agente de que a donde me llevaban y el agente les dijo que el me llevaría a la comisaría y que si de allí ellas me querían sacar que ese era su problema y ellas me vieron y me dijeron por "Perra" tenes que pagar, finalmente me llevaron a comisaría que se encuentra en la dirección antes mencionada, allí se me aisló de los otros dos jóvenes aprendidos y se me golpeo una pierna la cual la tengo morada, luego entraron dos agentes de la PMT y allí empezaron a organizare para dar una denuncia FALSA, donde iban argumentar que ellos los PMT me habían apresado y que puse resistencia arañándolos y golpeándolos, llegaron medios de comunicación solicitando vernos y les dijeron que no.

En ese momento el agente Santizo pidió mi celular le saco la memoria micro SD y se dispuso a borrar todo el contenido de la misma, me agarraron y me dijeron que me subiera a una patrulla en eso uno de los periodistas me pidió declaraciones y solo pude decir ante las cámaras que le avisaran a mi familia porque no lo querían hacer, se me subió a la patrulla donde me golpearon la parte de las costillas por haber dicho eso, de igual manera no se me comunicó a donde me llevaban y tampoco porque seguía apresada.
Luego vi que era a Torre de Tribunales donde me tomaron todos mis datos huellas dactilares y se me metió en la carcelera del lugar ,allí se me empezó agredir psicológicamente diciendo que por Revolucionaria no iba a salir de la cárcel ,que por revolucionaria seguiría allí y que siguiera haciendo revolución en la cárcel.

Supe de que se me acusaba hasta las cinco de la tarde del día 20 de noviembre del presente año en la primera audiencia y se me Acusa de Atentado argumentando que agredí a agentes de la PMT.

Por lo cual declaro por este medio que ningún agente de la PMT me arresto, que no toque ni me toco ningún agente de la PMT y por lo tanto la denuncia que ellos hacen con la ayuda de la PNC es totalmente FALSA.

Denuncio el abuso de autoridad en contra de mi persona, el abuso sexual, físico y psicológico del que fui víctima.

viernes, 23 de noviembre de 2012

¡¡DENUNCIA PÚBLICA URGENTE DESDE XALAPAN¡

miércoles, 14 de noviembre de 2012

La dignidad de las familias de San José del Golfo y San Pedro Ayampuc es mas grande que su necesidad …







El día de ayer y hoy se acercó al punto de resistencia denominado La Puya...un grupo de trabajadores de la empresa Exmigua vestidos con cascos azules, lentes protectores y playeras con un mensaje que dice “ minería responsable y queremos progreso...” al mismo tiempo que agredían a una señora que formaba parte de la resistencia, la cual se dirigía al centro de salud para llevar a su hijo. 

Los “mineros” han cerrando el paso al transporte público de las comunidades, vendedores, y pobladores... “No es justo ellos están tapando la calle y no dejan pasar a nadie, ni a nuestro transporte... nosotros llevamos 8 meses en la resistencia pero en ningún momento hemos tapado la vía....” expresó una de las pobladoras en resistencia.
La presencia de los mineros  resguardados por un grupo de policías nacionales con 2 auto-patrullas es una clara muestra de  manipulación por parte de la empresa, el único objetivo de esta es  colocar a los trabajadores con los pobladores en confrontación. 
A pesar que en sus consignas  los trabajadores dicen “no hemos recibido dinero” … la  empresa les trae alimentos, aguas embotelladas, generando basura por todos los desechos plásticos, así también carpas para que se cubran del sol... mientras tanto las comunidades en Resistencia de la Puya realizan su alimentación de manera colectiva, varias personas apoyan haciendo las tortillas, cocinan los alimentos con los propios aportes de las cosechas comunitarias, y que trae cada familia y persona que participa en esta resistencia, tal como lo han venido realizando durante  casi un año por la defensa de su territorio.
Este es un momento de prueba para las comunidades en resistencia, cuya lucha  se ha llevado de forma pacifica defendiendo su territorio, sin caer en la provocación, ya que  la empresa esta  colocando a sus trabajadores coordinados por ex-militares con el fin de querer intimidar y provocar  a las comunidades.
Durante todo el proceso de lucha y resistencia las comunitarios han sido hostigados, acosados, intimidados por parte de ex militares que están al servicio de la empresa minera. 
Las comunidades han resistido pacíficamente durante un periodo de 8 meses,  que de forma bien organizada han dado un claro ejemplo de que aman la paz y a su territorio.
Durante esta provocación se ha fortalecido la unidad de las comunidades en resistencia de San José del Golfo y San Pedro Ayampuc, hermanándose y solidarizándose, se ha construido arte popular en donde canciones y música de protesta y reivindicación en contra de la minería han servido como medio de expresión a los pobladores. 
Se ha contado también con el apoyo y la solidaridad de diferentes organizaciones del movimiento social de Guatemala; así mismo pobladores de las 12 comunidades en resistencia de San Juan Sacatepéquez se han hecho presentes en el lugar para acompañar esta lucha.
Se hace un llamado de acompañamiento a la lucha durante el día y la noche,  así también con víveres como alimentos, ya que estos servirán para toda la población que ha llegado a solidarizarse con estos pueblos.
Yolanda Oqueli … su dignidad es mas grande que su necesidad... somos pobres super pobres pero nuestra dignidad es mas grande que nuestra necesidad

 FUENTE CENTRO DE MEDIOS INDIPENDIENTES.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

EL FEMINISMO AUTÓNOMO DE LAS MUJERES DE LOS PUEBLOS DE ABYA YALA


Francesca Gargallo
Desde hace unos cinco años, el diálogo entablado desde ámbitos no institucionales del feminismo blanco-mestizo con intelectuales indígenas sobre el racismo de la academia y el colonialismo de la concepción de cultura de un mundo que se expande e invade todos los ámbitos de vida, nos ha llevado a cuestionarnos sobre algunas pretensiones universalistas del feminismo latinoamericano y su coincidencia con los proyectos modernizadores de las políticas públicas de estados que rasgan los tejidos comunitarios de los pueblos, introduciendo preceptos individualistas, instrumentales de la razón neoliberal.
En particular, con amigas e interlocutoras de los pueblos zapoteca de México, lenca de Honduras y maya queqchí y maya kiché de Guatemala, nos preguntamos si el feminismo es básicamente una teoría moderna de la emancipación de las mujeres y su liberación individual o puede ser un proyecto autónomo, propio de la vía de liberación de mujeres diversas, que descansa en diversas formas de búsqueda de una buena vida por las mujeres.
Si el feminismo se reduce a la acción de un grupo de expertas que busca imponer una agenda o lista de demandas consensuadas entre aquellas que tienen el poder de autodefinirse como intérpretes del proceso de liberación de todas, defendiéndola como la exigencia de una normativa necesaria para el ejercicio de los derechos humanos de todas, entonces el feminismo no es sino un instrumento más del afán universalizante de la modernidad capitalista e interviene de forma colonizadora en el proyecto de vida de las mujeres indígenas.
Cuando la feminista aymara Julieta Paredes afirma que todo esfuerzo de las mujeres para el mejoramiento de las condiciones de vida de las mujeres se traduce en castellano como feminismo, ¿está describiendo una realidad histórica o enuncia un deseo de que la autonomía de las mujeres indígenas en la búsqueda de su bienestar sea reconocido como un proceso de liberación válido?
Con estas preguntas a cuestas y desde acercamientos muy propios a la necesidad de liberar a las mujeres que participan de la defensa de los territorios y los derechos de su pueblo a la producción de un proyecto colectivo autónomo de la violencia física y simbólica tanto del mundo blanco-mestizo como de los hombres indígenas, llegué a visualizar el feminismo de las mujeres de los pueblos indígenas como un elemento indispensable para la restauración del tejido comunitario agredido por cinco siglos de colonialismo racista, depredador y misógino.
Si el feminismo negara o redujera la fuerza transformadora que generan las mujeres de los pueblos originarios al asumir un proyecto comunitario, garante de una deliberación colectiva, entonces incurriría en el mismo reduccionismo que las demás ideologías universalistas en su afán de dominio del resto del mundo. No obstante, si las acompañara asumiendo los aportes de la diferencia originaria de las mujeres desde las cosmovisiones y las prácticas de identificación y liberación propias de sus pueblos, podría dialogar con ellas y aportar los conocimientos que ha generado en 200 años de crítica al sistema patriarcal que se ha instalado en Occidente a partir del mercantilismo moderno que convirtió a las mujeres en desposeídos instrumentos para la reproducción del trabajo, negándoles el control sobre sus cuerpos y el reconocimiento social de su trabajo, y subordinándolas a los hombres.
En el presente inmediato, las feministas tienen la oportunidad de pensar las relaciones de poder entre mujeres y hombres que se están estableciendo en la nueva acumulación de capital impulsada por el neoliberalismo, así como de intervenir en el debate sobre la descolonización de los proyectos históricos de los estados latinoamericanos.
Si las feministas persisten en el dogma de la dominación universal masculina, perderán la posibilidad de visualizar la misoginia moderna como un producto histórico, fruto del proyecto de conversión de la reproducción del trabajo en trabajo femenino no pagado. Es decir, asumirán como suya la idea de la natural o total subordinación de las mujeres. Pero si aceptan que las mujeres pueden asumir (y, de hecho, asumen) roles diversos en diferentes ámbitos históricos, podrán dialogar con las mujeres de los pueblos originarios para que, en su lucha por el reconocimiento de la diversidad cultural, no se reproduzca la negación de sí mismas, de su especificidad social y de sus derechos. La enorme indisciplina ante el propio sistema normativo, esos usos y costumbres percibidos por el mundo blanco-mestizo como estables y permanentes, hace de la búsqueda de derechos comunitarios y libertad colectiva un vector histórico de la liberación personal de muchas mujeres indígenas.
Como historiadora de las ideas quiero encontrar el lugar, la fuerza y la fecundidad del diálogo de reflexiones, descripciones, conceptos y propuestas que provienen de mujeres de pueblos cuyos procesos históricos son diferentes. El diálogo entre mujeres que, en el mundo actual, por un lado están acorraladas por el incremento global de la violencia misógina y, por el otro, desarrollan proyectos autónomos de liberación, locales, propios, ajenos a la metafísica de la política occidental y sus bases modernas institucionalizadas, pero en contacto con los de otros pueblos, me parece fundamental para percibir las relaciones entre personas sexuadas como el resultado de experiencias históricas, y no como elementos fijos e inamovibles de una cultura.
Sólo en diálogo, y no desde la pretensión de poder interpretarla desde un conjunto de ideas propias del sustrato cultural occidental, puedo llegar a entender, por ejemplo, la base conceptual de la dualidad, propia de un sustrato cultural americano tan difuso que toma nombres, formas, aplicaciones diversas en los diversos sistemas y corrientes de pensamientos del continente. Y en diálogo, a todas las mujeres nos serviría entender la dualidad no tanto para negar la teoría de la complementariedad entre los sexos, que como se verá es enarbolado por todos los pueblos indígenas, sino para que ésta no sirva –como de hecho sirve- para enmascarar relaciones de inequidad o dominación en los diversos ámbitos en los que se viven las relaciones entre las mujeres y los hombres.
Volviendo a la idea propuesta por Julieta Paredes, si el feminismo occidental acepta que en todas las lenguas de Abya Yala el esfuerzo de las mujeres para vivir una buena vida en diálogo y construcción con otras mujeres en sus comunidades se traduce en castellano como “feminismo”,[1] entonces será capaz de poner en crisis la hegemonía cultural del colonialismo interno, entendido como característica epistémica de la condición colonial que ha llegado a nuestros días.[2]
La pregunta sobre los feminismos no occidentales de Nuestra América, por lo tanto, debe asumir el lugar desde donde se formulan las preguntas. Más aún, el lugar y el tiempo desde donde los sujetos mujeres lo hacen.
Ello me obliga como feminista a no confundir la Modernidad con la modernidad emancipada.
La modernidad emancipada se desarrolla a partir de postulados racionalistas que se generan en la Europa que ha derrotado las movilizaciones campesinas de la Edad Media, cercando a las tierras comunales, convirtiendo a las y los campesinos en asalariados, pauperizándolos al reducir los bienes comunales (aguas, bosques, espacios de recolección y socialización, etcétera) y persiguiendo a los pobres que con sus cuerpos macilentos invadían los caminos y las ciudades y criminalizando la libertad de movimiento, la autonomía reproductiva y los saberes de las mujeres. Paralelamente, la modernidad emancipada organiza un mito acerca de sus orígenes y elabora la negación de su comienzo gracias al uso de conceptos de emancipación de la servidumbre de la gleba, todos ellos centrados en la exaltación del individuo masculino, elaborados por personas pertenecientes a las élites que emergen durante el Iluminismo y que se consolidan hasta cristalizarse en el liberalismo colonialista decimonónico.
La historia europea nos ha transmitido su mito de que la burguesía fue enemiga de la aristocracia, cuando en realidad fue su aliada para derrotar al campesinado y a los ideales y prácticas comunitarias de convivencia que enarbolaba. Y en América esa misma interpretación histórica universalizada nos ha hecho creer que la moderna burguesía, a la que nunca se asocia con la administración colonial de la que es hija, es la promotora de un orden progresista encarnado en el estado republicano que vela por la obtención de un bien igual para todos.
El mito que da sus fundamentas a la modernidad emancipada es la proyección de los idearios producidos por las clases pudientes europeas sobre el resto del mundo (eso es, la producción intelectual, religiosa, jurídica, pedagógica y artística que sostiene y justifica la explotación económica de los pueblos del resto del mundo) y ha construido un sistema escolar para la exclusión de las experiencias y los conocimientos que no pertenecen a su proyecto.
En esta modernidad emancipada se han impuesto como valores positivos absolutos los que atañen ideas tan vagas como la de “progreso” y la de “desarrollo”, que bien pueden ser utilizadas en sentido tecnológico como en sentido social. La de progreso es una idea que se formuló en tiempos de hegemonía filosófica del Positivismo, en el siglo XIX. Es una idea tendiente a la valoración positiva de lo que puede medirse como eficiente o eficaz, que fue adoptada por liberales, socialistas, populistas y conservadores y que identifica el progreso de una nación con su cercanía a un modelo ideal. La de desarrollo es una idea productivista del siglo XX que hace coincidir el uso y consumo de ciertas tecnologías con un avance civilizatorio o con el bienestar necesario para que un país sea considerado “igual” a los países que las producen y exportan. En América latina, el modelo de desarrollo casi siempre ha coincidido con el sistema euro-estadounidense de consumo, de transmisión de conocimientos y de organización estatal, pero sólo en los gobiernos progresistas se ha incorporado su sistema de protección social e impartición de justicia.
No obstante, la Modernidad incluye momentos, espacios y geografías que no son reductibles a una sola experiencia histórica ni a un único universo epistémico. Los pueblos indígenas en América latina son modernos, pero tienen experiencias de Modernidad diversas de las impuestas por el colonialismo dominante, que se reservaba la capacidad de progreso y desarrollo -y las ideas que les asociaba, como las de bienestar y justicia- para sí.
Es una convención de la disciplina histórica europea hacer iniciar la Edad Moderna en 1492.[3] Por lo tanto, se asocia fácilmente con la occidentalización forzada (o exportación de los imaginarios europeos) del mundo después de la invasión de América, pues se relaciona efectivamente con el desarrollo de un parte del mundo (la colonialista) por la explotación económica, de bienes y de trabajo, de otra (la colonizada). No obstante, durante la Modernidad –que, insisto, no debe verse como un periodo de tiempo uniforme, impuesto por el absolutismo del siglo XVII, el iluminismo del siglo XVIII, el ideal de progreso del siglo XIX y el consumismo actual- se han elaborado diversas corrientes filosóficas y políticas no hegemónicas y propuestas de convivencia, que van desde las revueltas de los artesanos pauperizados y del campesinado europeo que confrontó la privatización de las tierras en el siglo XVI, los proyectos utópicos ingleses e italianos del Renacimiento y la rebelión de los biólogos vitalistas contra el mecanicismo corporal cartesiano, hasta la elaboración por Felipe Guamán Poma de Ayala de un “país de las maravillas” basado en la organización incaica originaria, las rebeliones y los reordenamientos indígenas, las posiciones neohumanistas criollas, los utopismos mestizos, los anarquismos de los migrantes decimonónicos y las políticas de la liberación en Nuestra América.
La Modernidad incluye desde la concepción hegemónica de una religión cimentada en la disciplina y el autocontrol individual hasta abiertas posiciones ateas, gnósticas y propuestas de gobiernos laicos, en los que las mujeres y los hombres, como personas, se liberan de mandatos sexuales, éticos, familiares ligados a idearios de un mundo dirigido por fuerzas superiores que controlan el pueblo, la grey, el rebaño, las masas o como queramos llamar al colectivo humano.
Durante cinco siglos, en el espacio-tiempo diversificado de la Modernidad en Europa, en América, en Australia, en África y en Asia, entre pueblos dominantes, dominados y en resistencia, se han desarrollado conceptos y posiciones políticas hegemónicas, subalternas y disidentes, que implican la autonomía del ser humano de fuerzas que los trascienden (el rey, dios, el padre de familia, lo natural, etcétera), el fin de la esclavitud, la igualdad de personas diferentes ante la ley, los derechos humanos, los derechos de las mujeres, la reelaboración y reapropiación de los espacios de confinamiento (por ejemplo, como se verá más adelante, la comunidad indígena), los contratos sociales, la desaparición del estado y el valor de la educación.
Durante la Modernidad se ha dado el desarrollo de pensamientos libertarios por sujetos múltiples que se fueron configurando en su seno y que trascienden al individuo absolutizado, ese yo ególatra del macho producido por el sistema del patriarcado cristiano europeo que impone su punto de vista: especie de condottiero que, habiéndose liberado de las constricciones del teatro del mundo en que estuvo atrapado durante el reajuste cristiano de una conformación económico-política germánica en territorios otrora romanizados (la llamada Edad Media y sus campesinas y campesinos siempre rebeldes a la opresión feudal), se lanza a un mundo que pretende amoldar a los designios de poder que imagina desde su propia weltanschauung.
Como señala Rita Laura Segato al proponer una historia que acoja el “respeto radical a valores, metas y perspectivas culturales diferentes y, más aún, al esfuerzo por parte de los pueblos, por retomar los hilos de tramas históricas por algún tiempo abandonadas”,[4] la superación de un paradigma global de la Modernidad en Nuestra América sólo puede darse al reconocer, narrar y respetar la multiplicidad de ideas y de historias que la constituyen, valorando las contradicciones, disensiones y transformaciones de las prácticas americanas.
Urgencia del reconocimiento de la diversidad en la Modernidad
A las feministas, nos urge afirmar una modernidad desagregada, ideológicamente diversificada, ubicada en diversas comunidades constitutivas de las naciones que se conformaron en Nuestra América en el siglo XIX, cuando las élites políticas que emergieron de las guerras de independencia buscaron la construcción de naciones mestizas gobernadas por repúblicas ilustradas. Nos urge para no reducir el feminismo a un movimiento de la modernidad emancipada, propia del patriarcado capitalista, y reconocernos en la resistencia de las mujeres contra la hegemonía patriarcal, que ha sido construida durante el colonialismo tanto como la hegemonía “racial” blanca. Esto implica deshacernos de una vez del supuesto universalismo del mestizaje, asumiendo lo que Luis Carlos Castillo llama “la reinvención de la nacionalidad en los países latinoamericanos y la emergencia de nuevos movimientos sociales entre los pueblos indígenas y las poblaciones negras”.[5]
El proceso ya ha empezado y es eminentemente político: “A pesar de que la desagregación del mestizaje comienza a ocurrir de forma diferente en países de mayoría afrodescendiente, como Brasil, y en países de mayoría indígena, como Bolivia, los procesos son comparables porque ponen en jaque la ideología mestiza blanqueada que constituye el fundamento ideológico de la formación de los estados post-coloniales”.[6]
Por ejemplo, la historia moderna de Abya Yala, según las maestras y maestros nasa del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) que sostienen un proyecto de educación propia, puede escribirse desde tres grandes manifestaciones indígenas: 1) la lucha contra la conquista española, 2) la derrota y la sumisión al sistema extractivo de riqueza generada por el trabajo indígena y 3) el movimiento social que surge a mediados del siglo XX e implica la visibilidad del accionar indígena en la cuestión agraria, la discusión ideológica y la reivindicación política. Asimismo afirman que: “La difusión de los saberes y contenidos escolares, la elaboración de materiales didácticos, las estrategias pedagógicas, la misma concepción de los procesos de enseñanza y aprendizaje se muestran históricamente vinculados a las problemáticas planteadas por la resistencia, la cosmovisión, la cultura, la interculturalidad y la comunitariedad”.[7]
Los y las mestizas tenemos desde nuestra propia tradición cultural dual instrumentos para reconocer esta historia múltiple y dialogar con sus actoras y actores. Por ejemplo, el universalismo fue puesto en entredicho desde el principio mismo de la historia moderna blanca americana. Desde la invasión, la resistencia contra la conquista y la evangelización de los pueblos originarios se dio de manera paralela a las reflexiones de algunos pensadores españoles que cuestionaron su propio sistema de justicia en tierras y culturas diferentes, generando la idea que es preciso reivindicar una justicia entendida desde diferentes posiciones éticas y culturales.[8]
A la par, los tlamatinimes mexicas presentaron sus valores y fines políticos a los españoles, con la intención de hacerles saber que, aunque derrotados, poseían un instrumento ideológico para comprender el mundo. Los mayas siguieron transcribiendo a escondidas sus textos sagrados, vertiéndolos al alfabeto latino, para resistir la sistemática fragmentación y destrucción de su identidad cultural.[9] La aristocracia andina mantuvo un lugar de reconocimiento social y, aunque cristianizada, defendió y protegió a artistas, médicos y portavoces de sus pueblos hasta la revolución de Tupac Amaru en 1782.
Por supuesto, la conquista significó una interrupción en el devenir histórico de las civilizaciones americanas, trastocando formaciones sociales, políticas, económicas y culturales, mediante la brutal disminución de la población y la eliminación de naciones enteras por armas bélicas, psicológicas y religiosas. No obstante, la historia de los pueblos americanos[10] y sus culturas no desaparecieron. La oralidad se compuso y combinó con nuevas prácticas de memorización que inscribieron historias locales en el tejido, la pintura, la alfarería y la arquitectura. La organización de los pueblos originarios en comunidades indígenas, aunque dominadas por la iglesia y arrinconadas en zonas inhóspitas para no despertar la codicia de los colonizadores, les permitió oponer resistencia a la aniquilación, produciendo códigos de conducta y sistemas de género, normas de regulación y linajes que hoy empiezan a ser destejidos por las y los intelectuales indígenas que acompañan la reflexión de sus pueblos. Ninguna de las tramas va a ser desechada, todos los hilos pueden ser reutilizados, recombinados, transformando la visión que se tenía de ellos.
Paralelamente, en Europa, mientras se vivía el apogeo de la racionalidad ilustrada, Schopenhauer sacó agua del pozo de las experiencias asiáticas del conocimiento del mundo y de la construcción del saber, con la cual escabulló la contraposición totalitaria de lo racional y lo empírico de la tradición filosófica europea.[11] En nuestros días, podríamos afirmar que se insertan en una hermenéutica crítica de la Modernidad tanto las búsquedas de éticas no normativas, como los planteamientos educativos de las universidades indígenas de América, el taller de Historia Oral Andina de La Paz, los cuestionamientos a los universales, las luchas por el reconocimiento de pueblos declarados muertos por el registro republicano, las historiografías escritas desde puntos de vista no-blancos, los estudios subalternos de Calcuta, el seminario permanente de filosofía nuestroamericana inaugurado por Horacio Cerutti en México, los grupos de estudios contra el racismo y la colonialidad coordinados por Aníbal Quijano en Perú y el desplazamiento de los focos de interpretación de la realidad como movimientos de liberación disímbolos, cuales el feminismo del siglo XX, el anarquismo, los diversos socialismos que tienden a reconocer el papel de la opresión y la enajenación, y no sólo de la explotación, en los mecanismos de la dominación capitalista, y las teologías y las filosofías de la liberación.
Las críticas avanzadas a la modernidad emancipada por pensadores anarquistas y comunistas no dogmáticos como Walter Benjamin nos han permitido dirigir algunos golpes a la idea de una historia universal “compuesta por las historias de los pueblos”.[12] El pluralismo histórico definido por Rita Laura Segato en efecto considera que cada pueblo es un sujeto vivo de una historia que articula su vida en una “inter-historicidad”, diría yo dialogal, con otros sujetos.
A la vez, las teorías feministas de la diferencia sexual, la economía crítica de la dependencia, el posestructuralismo filosófico, las prácticas educativas descolonizadoras, el movimiento negro americano (antillano, estadounidense y brasileño, principalmente) y el antirracismo que se generalizó a raíz de sus planteamientos, los movimientos de liberación y disidencia sexual, los pensamientos que acompañan la lucha contra el ajuste estructural del neoliberalismo en Asia, África y América, los movimientos antisistémicos y sus masivas protestas en Venezuela, México, Bolivia, Argentina, Grecia, Túnez, Egipto, España, las historiografías no hegemónicas y la antropología crítica, han desembocado en la afirmación de la cultura como un factor indispensable de resistencia y de proyección política, propia de las teorías epistémicas postuladas desde las universidades indígenas interculturales.
Esta idea de cultura apunta a la valoración del cuerpo, de la memoria y de la diferencia, entendidos como lo que no coincide con el sujeto racional autocontrolado de la masculinidad dominante, presentado como norma estética, ética y política de la modernidad emancipada. Es decir, no coincide con la heterosexualidad que compulsivamente intenta organizar la afectividad en parejas estables reconocidas por el estado, tampoco con los géneros asignados para garantizar la gratuidad del trabajo de reposición y reproducción de la vida ni con las enseñanzas que niegan la gama de elementos culturales y proyectos autónomos de pueblos que han resistido por siglos la presión del racismo de las metrópolis colonizadoras y de las élites criollas que les sucedieron y concibieron los estados nacionales de Nuestra América.
Pobreza del desarrollo último de la modernidad emancipada
Por el contrario, ciertas prácticas hipercapitalistas e individualistas que intentan negarle validez a cualquier ideología no consumista y degradan los proyectos de autogobierno,  reconocimiento y transformación política de los grupos y personas que no concuerdan con el universalismo del mercado global, que se cobijan en el neoliberalismo, que en su forma más extremas encarnan en las mafias de la trata de personas para la esclavitud sexual y laboral, el narcotráfico y la venta de armas y que encajan en un “estilo de vida posmoderno hiperconsumista”, coinciden con el desarrollo último de la modernidad emancipada.[13]
En ella se inscribe un tipo de feminismo que ya no apunta a la liberación de las mujeres, sino a su inserción en una sociedad civil indefinida en términos de clases, cultura nacional e ideologías y, por ende, estable para las políticas de mercado: un feminismo para la gobernabilidad de las mujeres que consensua con las instituciones nacionales y supranacionales una “agenda”, casi un listado, de demandas feministas de las que no se vale salirse. Este feminismo usa tacones, trajes sastre y tarjetas bancarias y se ve en el espejo de las “actoras” de alguna sociedad (presidentas de la república, senadoras, ministras, figuras del espectáculo, empresarias)  y no en el de las sujetas de un cambio político colectivo.[14] Ha desechado la organización espontánea de las mujeres, el diálogo inter-generacional, la apertura a proyectos de ser y la indisciplina ante los usos y costumbres de los diferentes patriarcados,  neutralizándolas en Organismos No Gubernamentales, fundaciones, academias, partidos. Con ello, intenta la institucionalización del descontento para evitar que el movimiento feminista sostenga su autonomía, su capacidad de dotarse de medios propios para la vida y el pensamiento, de reorganizar sus objetivos en un escenario social siempre cambiante y de plantearse sus alianzas. Es un feminismo que no construye autonomía sino pide equidad, asimilando el mundo femenino al masculino, en un contexto de occidentalización acelerada del mundo. Se pliega a las directrices de algunas políticas públicas globales, tendientes a forzar a todas las mujeres a una supuesta liberación individual, eso es a la masculinización de sus intereses en el ámbito público, dentro del sistema capitalista publicitado como “el único sistema que funciona”.
Los feminismos que articulan ideas de buena vida provenientes de mujeres que se consideran agentes colectivos de un acontecer insumiso ante el colonialismo de la modernidad progresistas y desarrollista, es decir los feminismos de las mujeres de los pueblos indígenas de Abya Yala, pueden restituir a todas las mujeres su capacidad de tramar un proyecto de liberación de la violencia como destino. Muchas figuras de mujeres dirigentes de un pasado mítico negado, porque propio de pueblos que se quieren aniquilar en el proyecto universalista de la modernidad emancipada, se tejen hoy en las ideas de resistencia popular con figuras de mujeres mestizas, blancas y afroamericanas. Construyen el tejido desde el que proyectar un futuro donde colectivos femeninos autónomos y en diálogo actúen neutralizando la violencia que genera contra los cuerpos y la vida de las mujeres la rapiña del capitalismo en su crisis actual.