jueves, 9 de diciembre de 2010

Subversión feminista vía Internet: el caso de los "Byte a Byte"


Cecilia Gordano

De entre la prolífica producción de net.art en los últimos años, este artículo se ocupa de ciertas expresiones en que convergen arte y política cyberfeministas, aprovechando recursos expresivos que facilitan la creación espontánea y la difusión instantánea.
El net.art se define como una práctica artística que tiene a Internet como su motor de producción y difusión. El término fue utilizado por primera vez en 1995 por el artista esloveno Vuk Cosic y ya para 1997 se había generalizado en los países desarrollados. Varias feministas que paulatinamente integraban Internet a su activismo político realizaron las primeras obras de net.art feminista1.
Más allá de posturas tecnofóbicas o tecnofílicas2, lo cierto es que el net.art es una de las tantas formas de practicar el ciberfeminsimo: "Las ciberfeministas han comenzado a abrir el disputado territorio de Internet, usándolo para la investigación, el juego y el placer, así como para nuevas actividades feministas: campañas políticas, educación, crítica, intervenciones tácticas, alianzas activistas, y toda clase de colaboraciones, tanto locales como internacionales" (Fernández y Wilding 2003).

La organización feminista uruguaya Cotidiano Mujer (CM) trabaja desde 1985 en la reivindicación de los derechos de las mujeres, utilizando para ello varios medios de difusión y visibilización: una revista, un programa de radio, obras de intervención urbana y, desde la masificación de Internet, un sitio web propio y listas de correo electrónico.
En este marco, propongo analizar dos piezas de una campaña que CM inició en 2006 y que continúa hasta la fecha. Integran una serie de animaciones digitales distribuidas por correo electrónico para promover "advocacy" y sensibilización sobre temas de la agenda feminista nacional, en especial vinculados con los derechos del cuerpo sexual y reproductivo.
La campaña se titula "Byte a Byte3" y contiene unas 14 piezas. Sus características formales y expresivas invitan a leerla a la luz de varios conceptos explorados en los estudios culturales feministas. Las piezas se caracterizan por una estética subversiva que mezcla, superpone y resignifica imágenes de la cultura popular, explotando su carga semántica presente en el imaginario uruguayo, sea por su iconicidad como por ser lugares comunes de referencia en el arte y la política. Son fácilmente identificables los estilos postmodernos del pastiche y la parodia4, que Linda Hutcheon equipara con formas de intertextualidad que desnaturalizan
lo dado y politizan la representación a tal punto que se vuelven obvios los mecanismos ideológicos de
los procesos de interpretación (Felluga). Intertextualidad, o la referencia de un texto dentro
de otro, es aquí sinónimo de remediación, un concepto característico de las artes digitales en la
que "se toman las propiedades de un medio y se re-utilizan en otro" (Bolter&Grusin 1996).
 
En "Byte a Byte 1" 
la foto del Palacio Legislativo (pag.12) de Montevideo ha sido intervenida digitalmente, teñida de rojo, invertida y colgada de una percha.
"Byte a Byte 1"
Esta primera pieza surgió ante la necesidad de fomentar la discusión del proyecto de ley para despenalizar el aborto (antes "colgado" o paralizado). Lucy Garrido, de Cotidiano Mujer, y la diseñadora gráfica Silvia Cacciatori Filloy trabajaron conjuntamente y en cuestión de pocas horas obtuvieron un archivo .gif5 fácilmente circulable entre las direcciones de email de la base de datos de la organización,
incluyendo otras feministas organizadas y autónomas, organizaciones de derechos humanos, periodistas y medios de comunicación, investigadores y, por supuesto, representantes políticos. Una frase interpela a los legisladores, recordándoles el posicionamiento de la mayoría de la opinión pública a favor de la despenalización del aborto y animándolos a votar acorde. El uso de la imagen de este edificio emblemático del poder del pueblo no es inocente, y me recuerda el collage de la artista estadounidense
Barbara Kruger quien sobre una foto del parlamento de su país escribió "Man´s best friend", denunciando el sesgo patriarcal del gobierno.

En "Byte a Byte 7" el foco es la diversidad sexual. Dos emblemáticas pinturas son remediadas, es decir, extrapoladas del contexto pictórico del museo y superpuestas en la animación. Se trata de la Venus de Urbino, realizada en 1583 por Tiziano, y la obra que ésta inspirara en Édouard Manet, Olympia, de 1863. Las figuras reclinadas de dos hermosas mujeres desnudas seducen y fascinan al modo de lo que Laura Mulvey definiera como la mirada masculina: el cuerpo femenino como objeto de deseo sexual masculino. Sin embargo, cuando la animación superpone sus cuerpos y los presenta compartiendo el mismo lecho, y cuando la mano Venus se desliza del pubis propio al de Olympia, hay una clara reivindicación del amor lesbiano. El uso de estas imágenes es doblemente subversiva si, además, recordamos una de las reivindicaciones de las Guerrilla Girls6 sobre la presencia de las mujeres en los museos (en especial el Metropolitan Museum de Nueva York): la gran mayoría desnudas, como modelos y musas pasivas en las pinturas.

"Byte a Byte 7"
Me gustaría finalizar este breve análisis destacando la importancia de la intervención feminista en espacios mediados por la tecnología, en este caso, digital. Como señala Vehviläinen, la tecnología es culturalmente percibida como neutral a cuestiones de género o como dominio masculino en el cual "las mujeres tienden a
definirse como no expertas" (2002:275).
Por un lado, Internet facilita la inmediatez de la comunicación con muy pocos recursos, pero también está condicionado por cierto "know how" en programación y diseño, así como por intereses económicos que restringen el acceso a las nuevas tecnologías a determinados segmentos de la población, y es un medio cuyopotencial se ha inclinado hacia la generación de productos de consumo (desde software a publicidades on line). En este sentido, Regan Shade distingue entre la feminización o usos femeninos de Internet, entendiendo así la gran oferta de productos para los roles tradicionalmente femeninos (para madres, para amas de
casa, productos de moda y belleza,etc.) 
y los usos feministas de la red de redes, cuando se hace con conciencia política para revertir los abusos del patriarcado. Como tantos otros movimientos sociales, los feministas tienen formas de subvertir los mensajes hegemónicos de Internet, apelando a metalenguajes digitales como el net.art, que cuestione las estructuras de poder dominante "on y off line"

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