Nancy Martínez
Empiezo a investigar y a leer algunos de los escritos
colgados en la red que aclaran y describen qué ocurre. Es una movilización promovida por la Asamblea
Social y Popular (ASP), quienes propusieron salir por tres puntos estratégicos para
recorrer el país. Desde Tecún Umán (San
Marcos), Purulhá (Baja Verapaz) y La Mesilla (Huehuetenango), vendrán
recolectando los distintos problemas, luchas y denuncias que las comunidades
tienen sobre el uso del agua, la distribución de esta y sobre el
territorio. Luego el 22 de abril, lo
entregarán al Tribunal de Conciencia de los Pueblos de Iximulew, en donde se
juzgará y condenará a los actores sociales que violen con sus acciones
comerciales y agrícolas, los derechos de los pueblos, convenios
internacionales, leyes nacionales y resoluciones judiciales. Esta resolución del Tribunal será entregada
a los tres poderes del Estado.
Pero, con esto, aún me quedan dudas, ¿por qué es
necesario esta actividad, qué importancia tiene? Y encuentro que desde 2003, se ha venido
documentando el uso del agua para la
agricultura, ganadería, las industrias y el suministro eléctrico, entre
otros. Se evidencia que en el año 2016,
el consumo del agua para el riego de caña de azúcar, palma aceitera y el banano
ha aumentado, puesto que se ha ampliado el área utilizada para ello. Toda esta producción que se entiende,
proviene de las grandes empresas dentro del país. Este hecho impacta de manera
importante a los campesinos con medios de producción familiares, de la pequeña
y mediana empresa. A quienes se les deja
con poco acceso al vital líquido, puesto que los ríos son desviados hacia las
grandes plantaciones, limitando el acceso a los afluentes naturales.
Por otro lado, se hace evidente que por políticas
municipales existen barrios y poblaciones a quienes se les margina del acceso
al agua, ya que se prioriza la distribución hacia los centros industriales y
colonias con mayor poder adquisitivo. Ello
resulta en la carencia constante y escasez en el acceso del servicio de agua,
para el uso doméstico y cotidiano.
Se hace importante resaltar el estado de contaminación
que los ríos, lagunas y lagos del país mantienen actualmente. La sobreproducción de algunas industrias y el mal, inexistente o deficiente sistema de
tratamiento de agua, ha permitido que se contaminen los sistemas fluviales
dentro del país, provocando ecocidios como el del Rio la Pasión, en donde la
vida natural se vio seriamente afectada.
O por ejemplo, podemos pensar en el Lago de Amatitlán y más
recientemente, en Atitlán.
Por último, tomando en
cuenta la contaminación y degradación de los espacios naturales que
existen actualmente en Guatemala, podemos pensar en las actividades mineras e
hidroeléctricas que con tanta fuerza se han presentado los últimos años. Sí, se piensa en ese desarrollo y en la obtención
de riqueza que es posible proveer para una comunidad al promover una empresa que les proporcione fuentes de
empleo, salud y educación. Sí, pero
muchas veces estas acciones no son consentidas por quienes habitan la región en
donde se piensa colocar la mina o hidroeléctrica, es decir no se lleva el
proceso de consulta popular para ver si todas las partes están de acuerdo y qué
se entiende por “desarrollo”, porque debemos pensar, que este tipo de “empresas”
no solo actúan en su metro cuadrado.
Estas requieren de fuentes de agua, de mano de obra y de territorio para
producir, y pensando más allá, modifican la orografía del lugar, por su función
extractiva. En esto, sobre el agua, es
reconocido que no solo limitan el acceso de agua a la comunidad en donde se
encuentran poniendo en peligro el uso doméstico a futuro, por acapararla para
su proceso productivo, sino que llegan a contaminar los recursos naturales, al
utilizar químicos que a largo plazo modifican y alteran la biodiversidad de la
región.
Y así, con toda esta información, me percato de la
seriedad que representa la movilización de la Marcha por el Agua, la Madre
Tierra, el Territorio y la Vida.
Entiendo que el recolectar las demandas de los grupos campesinos a lo
largo del territorio occidental del país, presenta la oportunidad ideal para
conocer el estado en el que se encuentra actualmente este elemento vital y cómo
lo ve la población a quien más le afecta.
El propósito es lograr planes de acción más certeros y frenar de alguna
manera, la alarmante desertificación que se vive en el territorio nacional. Confío que esto traerá mejoras no solo para
el presente, sino que asegurará que las poblaciones futuras logren tener un
aceptable nivel de vida, como la conocemos hoy día. Por todo ello, marchemos por el agua este 22
de abril.
Referencias:
Sosa,
Mario. La Marcha por el Agua: una lucha estratégica de todos. Plaza Pública.
20-4-2016. Disponible en: https://www.plazapublica.com.gt/content/la-marcha-por-el-agua-una-lucha-estrategica-de-todos
Morales, Mario
Roberto. La Marcha por el Agua y algo más. El periódico. 20-4-2016. Disponible en: http://elperiodico.com.gt/2016/04/20/opinion/la-marcha-por-el-agua-y-algo-mas/
Ramírez,
Alberto. La minería en Guatemala. Las dos caras de la moneda. Guatemala Contaminada. 6-9-2009.
Disponible en: http://guatemalacontaminada.blogspot.com/2009/09/la-mineria-en-guatemala-las-dos-caras.html
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