Por: Nancy Martínez
Sin
embargo, hoy por la mañana, mientras desayunaba, repasaba las distintas imágenes
que me fue dejando esta película, y empecé a sentir cierto escozor. Si bien es una película rosa y actual, con
una colección de canciones muy interesantes en su soundtrack, es una historia
tradicional. El personaje de Lou Clark,
mujer de 26 años, poco educada, la menor de la familia en edad de trabajar y
posibilidad de independencia, es el típico papel de la mujer “ideal”. Es la chica que deja sus sueños por el
bienestar familiar, la que es tomada por “tonta-ingenua” por su poca aptitud
laboral y profesional en acceder a mejores espacios sociales y laborales en la
vida. Y si terminamos con el sello de,
una mujer comprometida con una pareja ególatra que pasa la vida pensando en sus
sueños y sus deseos de éxito, con quien solo comparten el sexo en silencio,
porque los demás aspectos en su vida están anulados.
Todo esto,
nos lleva a encontrarnos con Will Traynor, joven apuesto de 35 años
aproximadamente, quien posee una de las mayores fortunas de la región, su
familia es dueña de un castillo y trágicamente queda cuadripléjico por un
accidente automovilístico que gira su vida 180 grados. El personaje es de un hombre en total pena
(tristeza y agonía física), que se comporta de manera errática, autoritaria y
malhumorada, quien está sujeto a los cuidados que tanto su madre como un equipo
de profesionales puede otorgarle. Dentro
de ese equipo aparece Lou, esta chica con aspecto afable y único, quien viste
de manera auténtica y creativa. Es ella
quien le da la razón de vida, por su aspecto tan tierno y capacidad de hacerle sonreír.
Sí, es una
historia de un amor romántico idealizado por la sociedad, donde una mujer con
poco acceso educativo y profesional, entra a servir a un hombre con poder
económico y social. Pareja que encuentra
el amor en desigualdad y hasta en un punto desesperado, pero que aparenta ser
un sentimiento sincero en donde ella está dispuesta a cuidarle y ser su razón
de vida, en esta situación de desventaja.
Lo que más
me queda de esta película es la última frase de Lou hacia Will, cuando este le
pregunta si se quedará hasta el final y ella responde, “hasta que tú quieras”.[1] Dentro del contexto y por lo que acontece en
la historia, es esperable que lo diga.
Sin embargo, si en el inconsciente nos queda este tipo de amor
incondicional, es algo peligroso. Sí,
porque esto es el modelo que se reproduce de la mujer abnegada que es
idealizada en la sociedad porque aguanta todo el maltrato de su pareja y hasta
infidelidades, porque está con él, hasta que este decida lo contrario y la
deje, sin dinero y en posiciones de desventaja por haber sido esa mujer que
dedicó su vida entera en cuidar y amar al otro, sin crearse un cuarto y vida
propia…
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