Fotografía: James Rodríguez |
Por James Rodríguez
El 14 de mayo de 1982, Carmen Sánchez Chen dejó a su hijo Manuel, de casi tres años, encargado con su vecina mientras se iba a bañar al río Chixoy. Ya habían pasado dos meses desde que el ejército guatemalteco y patrulleros de autodefensa civil de Xococ habían masacrado a 177 mujeres, niños y ancianos de su aldea Río Negro.
Mientras Carmen se bañaba en el río, repentinamente rugieron explosiones. Los disparos y gritos la ensordecieron. Se desató el caos, Carmen cruzó el río, se escondió, y antes de desmayarse, vio como un helicóptero se llevó a varios comunitarios – incluyendo su vecina Margarita y su hijo Manuel. La masacre de Los Encuentros había dejado un saldo de 79 personas muertas y decenas desaparecidas.
En 1982, la aldea maya achí de Río Negro tenía aproximadamente ochocientas personas. Sus habitantes fueron los primeros en pronunciarse contra el mega proyecto hidroeléctrico Chixoy que inundaría permanentemente su comunidad al igual que 22 otras aldeas vecinas dentro del valle del río Chixoy. Su resistencia a la reubicación fue declarada como subversión guerrillera por el gobierno militar – lo equivalente a una sentencia mortal en los peores tiempos de la tierra arrasada como estrategia contra-insurgente.
Entre enero del 2012 y abril del 2013, la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG) exhumó 533 osamentas de 84 fosas clandestinas dentro de la antigua Zona Militar 21 en la ciudad de Cobán. La fosa número 15 contenía restos humanos de mujeres y niños con indumentaria y joyería que correspondía a comunitarios de Río Negro. Después de un análisis de ADN, se confirmó que los restos de Manuel Chen Sánchez yacían en la fosa número 15.
El 14 de mayo, 2014, Carmen Sánchez y Bernardo Chen velaron en su casa a su primogénito Manuel. Por más de veinte años la pareja ha vivido en el asentamiento de Pacux, en las afueras de Rabinal.Carmen y Bernardo específicamente decidieron llevar a cabo el velorio de Manuel la misma noche que comunitarios de Pacux conmemorarían el 32 aniversario de la masacre de Los Encuentros
Exactamente treinta y dos años después de que perdieran a su hijo entre el caos de una masacre, Carmen y Bernardo finalmente lograron velar y enterrar a su primogénito Manuel – el eterno niño de tres años. “Muchas veces me imaginaba que entraría por la puerta, ya grande,” declara Carmen. “Aunque no creo que lo hubiera reconocido, pero siempre lo pensaba. Ahora, por lo menos, ya tengo un lugar donde visitarlo y llevarle flores.”
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