miércoles, 20 de abril de 2016

Acciones por un mejor futuro: Marcha por el Agua…

Nancy Martínez

Sentada frente al escritorio, revisando las noticias recientes en las redes sociales, me percato de algo que se está promoviendo a través de los medios independientes, sí ese movimiento campesino y rural que ha empezado su gesta desde el 11 de abril.   Se trata de la Marcha por el Agua, la Madre Tierra, el Territorio y la Vida, y me pregunto, ¿qué significa que marchen por el agua? 
Empiezo a investigar y a leer algunos de los escritos colgados en la red que aclaran y describen qué ocurre.  Es una movilización promovida por la Asamblea Social y Popular (ASP), quienes propusieron salir por tres puntos estratégicos para recorrer el país.  Desde Tecún Umán (San Marcos), Purulhá (Baja Verapaz) y La Mesilla (Huehuetenango), vendrán recolectando los distintos problemas, luchas y denuncias que las comunidades tienen sobre el uso del agua, la distribución de esta y sobre el territorio.  Luego el 22 de abril, lo entregarán al Tribunal de Conciencia de los Pueblos de Iximulew, en donde se juzgará y condenará a los actores sociales que violen con sus acciones comerciales y agrícolas, los derechos de los pueblos, convenios internacionales, leyes nacionales y resoluciones judiciales.   Esta resolución del Tribunal será entregada a los tres poderes del Estado.
Pero, con esto, aún me quedan dudas, ¿por qué es necesario esta actividad, qué importancia tiene?  Y encuentro que desde 2003, se ha venido documentando el uso del agua  para la agricultura, ganadería, las industrias y el suministro eléctrico, entre otros.  Se evidencia que en el año 2016, el consumo del agua para el riego de caña de azúcar, palma aceitera y el banano ha aumentado, puesto que se ha ampliado el área utilizada para ello.  Toda esta producción que se entiende, proviene de las grandes empresas dentro del país. Este hecho impacta de manera importante a los campesinos con medios de producción familiares, de la pequeña y mediana empresa.  A quienes se les deja con poco acceso al vital líquido, puesto que los ríos son desviados hacia las grandes plantaciones, limitando el acceso a los afluentes naturales.
Por otro lado, se hace evidente que por políticas municipales existen barrios y poblaciones a quienes se les margina del acceso al agua, ya que se prioriza la distribución hacia los centros industriales y colonias con mayor poder adquisitivo.  Ello resulta en la carencia constante y escasez en el acceso del servicio de agua, para el uso doméstico y cotidiano.
Se hace importante resaltar el estado de contaminación que los ríos, lagunas y lagos del país mantienen actualmente.  La sobreproducción de algunas industrias y  el mal, inexistente o deficiente sistema de tratamiento de agua, ha permitido que se contaminen los sistemas fluviales dentro del país, provocando ecocidios como el del Rio la Pasión, en donde la vida natural se vio seriamente afectada.  O por ejemplo, podemos pensar en el Lago de Amatitlán y más recientemente, en Atitlán.
Por último, tomando en  cuenta la contaminación y degradación de los espacios naturales que existen actualmente en Guatemala, podemos pensar en las actividades mineras e hidroeléctricas que con tanta fuerza se han presentado los últimos años.  Sí, se piensa en ese desarrollo y en la obtención de riqueza que es posible proveer para una comunidad al promover una  empresa que les proporcione fuentes de empleo, salud y educación.  Sí, pero muchas veces estas acciones no son consentidas por quienes habitan la región en donde se piensa colocar la mina o hidroeléctrica, es decir no se lleva el proceso de consulta popular para ver si todas las partes están de acuerdo y qué se entiende por “desarrollo”, porque debemos pensar, que este tipo de “empresas” no solo actúan en su metro cuadrado.  Estas requieren de fuentes de agua, de mano de obra y de territorio para producir, y pensando más allá, modifican la orografía del lugar, por su función extractiva.  En esto, sobre el agua, es reconocido que no solo limitan el acceso de agua a la comunidad en donde se encuentran poniendo en peligro el uso doméstico a futuro, por acapararla para su proceso productivo, sino que llegan a contaminar los recursos naturales, al utilizar químicos que a largo plazo modifican y alteran la biodiversidad de la región.
Y así, con toda esta información, me percato de la seriedad que representa la movilización de la Marcha por el Agua, la Madre Tierra, el Territorio y la Vida.  Entiendo que el recolectar las demandas de los grupos campesinos a lo largo del territorio occidental del país, presenta la oportunidad ideal para conocer el estado en el que se encuentra actualmente este elemento vital y cómo lo ve la población a quien más le afecta.  El propósito es lograr planes de acción más certeros y frenar de alguna manera, la alarmante desertificación que se vive en el territorio nacional.  Confío que esto traerá mejoras no solo para el presente, sino que asegurará que las poblaciones futuras logren tener un aceptable nivel de vida, como la conocemos hoy día.  Por todo ello, marchemos por el agua este 22 de abril.

Referencias:
Sosa, Mario.  La Marcha por el Agua: una lucha estratégica de todos. Plaza Pública. 20-4-2016.  Disponible en: https://www.plazapublica.com.gt/content/la-marcha-por-el-agua-una-lucha-estrategica-de-todos
Morales, Mario Roberto.  La Marcha por el Agua y algo más.  El periódico. 20-4-2016.  Disponible en: http://elperiodico.com.gt/2016/04/20/opinion/la-marcha-por-el-agua-y-algo-mas/

Ramírez, Alberto. La minería en Guatemala.  Las dos caras de la moneda.  Guatemala Contaminada.  6-9-2009.  Disponible en: http://guatemalacontaminada.blogspot.com/2009/09/la-mineria-en-guatemala-las-dos-caras.html 

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