lunes, 24 de septiembre de 2012

Declaran víctimas de violencia sexual durante guerra interna



La hora Guatemala 

En el Juzgado Primero de Mayor Riesgo B, inician las declaraciones anticipadas de más de 15 mujeres que fueron víctimas de esclavitud y violencia sexual durante el conflicto armado interno.

Catalina Caal Rax fue la primera mujer en rendir su declaración como anticipo de prueba, ante Miguel Ángel Gálvez, juez contralor en el proceso que inició por una denuncia planteada por la asociación Mujeres Transformando el Mundo, querellante adhesivo en el proceso.

Acompañada de una intérprete y una psicóloga, Caal Rax, de 70 años y originaria de San Marcos, dijo que durante el tiempo del conflicto armado interno, ella y su esposo, Salvador Marquí, procrearon 9 hijos.

Según relató, su esposo, que se dedicaba a vender arroz, estaba trabajando con uno de sus hijos, cuando miembros del Ejército lo amarraron y se lo llevaron: “Ya no llegó a la casa, allí se quedó, solo un mi hijo sí regresó” dijo y agregó que su conviviente fue llevado a la finca Las Tinajas.

Dicha finca, a la que hace referencia Caal Rax, está ubicada en el municipio de Panzós, departamento de Alta Verapaz, donde funcionó un destacamento militar.

Allí, la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG) recibió el mandato de la Fiscalía de Derechos Humanos del Ministerio Público, para realizar exhumaciones en la antigua base militar.

De acuerdo con la información, en la finca se han identificado hasta el momento 10 fosas. En una de ellas, FAFG exhumó 50 osamentas, otras 10 fueron exhumadas por un equipo de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (ODHAG).

SEIS AÑOS EN LA MONTAÑA
Caal Rax, en su declaración, dijo que posterior al secuestro de su conviviente, miembros del Ejército, en repetidas ocasiones, llegaron a su vivienda a buscarlo; sin embargo, ella no sabía nada de su paradero y en tercera ocasión en que la intimidaron por información, al no tener los resultados que esperaban, la violaron. 

“Yo ya no podía hacer nada porque me agarraron a la fuerza. Me decían que yo había escondido a mi esposo y yo les decía que cómo. No creían lo que decía”, indicó, y agregó que, con insultos, la tiraron al suelo, “en ese momento ya no pude hacer nada, me pusieron un arma en el pecho y otra en la boca”.

Con lágrimas, sostuvo: “Es verdad lo que estoy diciendo, no estoy mintiendo ante ustedes. En ese momento, yo tenía un hijo pequeño, me lo quitaron y se lo llevaron a la finca La Tinaja. Ya no lo volví a ver”. 

Para escapar del abuso de los militares, relató que se decidió huir con sus hijos hacia las montañas, pensando que allí estarían a salvo. Una de sus hijas estaba embarazada cuando escapaban del Ejército, pero cuando la encontraron la mataron: “Allí la hicieron pedazos con un machete, la mataron a ella y su hijo; ellos (los militares) nos seguían, no sé qué querían porque no teníamos nada”.

Pero la desgracia seguía llegando, Caal Rax testificó que permanecieron seis años en la montaña y no tenían nada que les permitiera sobrevivir. Para comer “lo único que teníamos eran yucas”; como consecuencia, allí murieron de hambre cuatro de sus hijos.

Los hechos ocurrieron entre 1982 y 1986, y la declaración se asemeja a las más de 15 declaraciones de víctimas de esclavitud y violación sexual que durante el transcurso de la semana, el juez Gálvez escuchará.

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