domingo, 30 de enero de 2011

«El machismo del fútbol está en las gradas»

Paloma Mata tiene las cosas muy claras en lo que al arbitraje se refiere y en todo lo relacionado con la situación de la mujer en la sociedad actual. Es optimista, pero asegura que el mundo del fútbol, y en concreto el de los jueces árbitros, es machista «aunque del terreno de juego para afuera, nunca por acción de los jugadores o los propios compañeros». Cree, incluso, que en una década habrá una mujer cualificada y capaz que llegará a pitar, por ejemplo, un Racing-Real Madrid. Ayer, la Universidad de Cantabria y la Dirección General de la Mujer del Gobierno regional entregaron a Paloma Mata el cuarto premio Isabel Torres, que reconoce el valor académico y social de los estudios de las mujeres y de género. Su trabajo titulado 'Árbitra no me ha llamado nadie. La situación de la mujer en el arbitraje de fútbol en Cantabria' ha merecido este galardón y ahora ambas instituciones esperan que sirva de base para futuras indagaciones «en el poco investigado mundo del arbitraje».
-¿Cómo le dio por presentar un trabajo de investigación sobre el mundo del arbitraje femenino al premio Isabel Torres?
-Fue a raíz del Máster de Igualdad de Género y Políticas Públicas de la Universidad de Cantabria. Había que hacer un proyecto al final del máster y yo lo tuve claro desde el principio que iba a ser sobre el arbitraje femenino. Después creí oportuno hacer un estudio de campo más amplio y presentarlo al premio. Lo que no esperaba era ganar.
«Esas mujeres existen»
-¿Qué significa la consecución del premio para una árbitra de fútbol y una educadora social?
-Significa, sobre todo, el reconocimiento al esfuerzo de la recogida de datos y, además, es un apoyo al arbitraje femenino. Es necesario que la gente sepa que esas mujeres existen y están ahí. La investigación surge además de la necesidad de visibilizar a las árbitras, quienes se desenvuelven en un mundo fuertemente masculinizado, que ha sido social e históricamente adjudicado a los hombres.
-¿Qué razones le llevaron a hacerse árbitra de fútbol?
-Es una pregunta que me he hecho muchas veces y nunca he sabido contestar. Nunca me ha gustado el fútbol, es curioso. No sabría decir qué motivo me llevó a pitar. Supongo que lo hablé con algunas amigas y me decidí a probar una temporada como árbitra. Lo curioso es que sigo aquí.
«Nos toca lo peor»
-¿Es machista el mundo del fútbol y, en concreto, el del arbitraje?
-A nivel personal, creo que se trata de un mundo muy machista. Afortunadamente, la diferencia la marcan los propios compañeros, con ellos no existe este problema. Ese machismo al que me refiero se nota en el lenguaje y en los ascensos, son muy discriminatorios y a las árbitras nos toca lo peor.
Para Paloma Mata, «el tema de la discriminación en relación a los ascensos es especialmente sangrante, entre otras cosas por el androcentrismo enraizado a todos los niveles, que tiene su expresión en aspectos como las pruebas físicas necesarias para ascender, ya que esto obstaculiza que las mujeres lleguen a ocupar posiciones de poder en la estructura arbitral. Las desigualdades no terminan ahí sino que las árbitras deben enfrentarse a lenguaje sexista, instalaciones inadecuadas, o uniformes no adaptados a sus necesidades».

-Pero ese mundo machista al que se refiere, ¿se nota en el terreno de juego, entre los jugadores y los propios compañeros de profesión?
-El problema está de la valla para fuera y en las gradas. El futbolista ya sabe lo que pasa cuando se protesta y conoce bien el reglamento. Con los colegas tampoco ha habido nunca problemas.
-Durante toda la conversación, usted siempre ha utilizado la palabra árbitra. ¿Es una reivindicación?
-Es una forma de asumir la conciencia de mujer. Me costó mucho, en su día, usar el femenino, prefería definirme como un árbitro de fútbol. Pero ahora tengo claro que la médica es médico y una árbitra es árbitro. Cuanto más manejemos este concepto, mejor. Los niños pequeños ya hablan de la árbitro, incluso te corrigen si no lo dices bien. Es más fácil desde la base.
-Y sus compañeras del comité cántabro o del resto del país ¿piensan como usted?
-Está claro que existen divergencias, sobre todo en lo del término de árbitro y árbitra, pero en la base yo creo que todas opinamos lo mismo, igual que ellos. Todos sabemos que la mujer tiene las cosas más difíciles, pero también tenemos la ventaja de que cómo se está más pendiente de nosotras, cuando hacemos las cosas bien se nos valora mucho más. Lo preocupante es que cada vez somos menos las mujeres que estamos metidas en el arbitraje y es una pena.
«En una década»
-Mójese un poco y diga ¿cuándo cree usted que una mujer podrá arbitrar un partido de fútbol, por ejemplo, entre el Racing y el Real Madrid?
-Eso es muy complicado de contestar. Las mujeres en España tienen que pasar las mismas pruebas que los hombres para poder arbitrar. No entro a valorar si eso es bueno o malo, pero lo cierto es que esas pruebas las hacen los propios hombres. Ahora tengo una compañera que es auxiliar en Segunda B y está trabajando muy bien. Quizás yo sea muy optimista, pero en una década podría darse el caso de que una mujer cualificada y capaz arbitre un partido de fútbol de Primera División. Y creo, además, que se las va a dejar hacerlo.
Propuestas de mejora
El estudio de campo realizado por Paloma Mata y premiado ayer por la Universidad y la Dirección general de la Mujer del Gobierno cántabro, refleja que el hecho de que la estructura arbitral, a escala regional, no propicie ni la entrada a las futuras árbitras ni su ascenso, genera una incorporación muy lenta de la mujer al mundo del arbitraje de fútbol.
El trabajo ofrece una serie de iniciativas para mejorar la situación de las árbitras en Cantabria, como por ejemplo la implementación de procesos de captación selectiva y no sexistas.
Fuente: Diario Montes 

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