lunes, 8 de noviembre de 2010

Feminicidio: genocidio contra mujeres



Ximena Morales*
 
El feminicidio es el genocidio contra mujeres y es posible cuando las condiciones históricas generan prácticas y discursos sociales que permiten y naturalizan los atentados contra la integridad, la salud, las libertades, la dignidad y, finalmente, la vida de las mujeres.
Estos asesinatos aparecen en el discurso de los medios masivos de comunicación como hechos aislados, frutos de raptos de locura de los asesinos, calificados -y de alguna manera, atenuados- como “dramas pasionales”.
Los asesinatos de mujeres no son producidos por asesinos seriales; cuando no se trata de grupos mafiosos, los asesinos no son sino los novios, maridos, amantes, etc. Tanto en el caso de las mafias, como en la mayoría de los mal llamados "crímenes pasionales", el común denominador es que para los asesinos y para la sociedad que los ampara o minimiza sus actos, las mujeres son usables, prescindidles, maltratables, desechables; los crímenes suelen tener la característica de ser de una gran crueldad y son, en su esencia, crímenes de odio contra las mujeres. Se dan en un marco de silencio, omisión y pactos de impunidad.
Desde la óptica de los derechos de las mujeres, estas muertes se plantean como la continuidad y el desenlace extremo de las situaciones estructurales de desigualdad y violencia, que tienen expresiones que van desde el lenguaje, la violencia simbólica, la violencia psíquica y la violencia ejercida desde las instituciones, hasta la agresión física.
El problema de las muertes de mujeres –y de la violencia hacia las mujeres- no puede continuar viéndose como un problema de índole privado. Es necesario politizarlo, plantearlo a escala social y entender que la violencia hacia las mujeres, y su expresión extrema, el feminicidio, no se erradicarán hasta que no logremos transformar las relaciones de desigualdad, opresión, y “propiedad” entre los géneros, es decir, la cultura del patriarcado, que justifica y naturaliza las agresiones de parte de los machos heterosexuales hacia todo lo considerado inferior, e incorpora a los seres humanos a estos sistemas estructurales de dominación desde la socialización más temprana.
 *Intervención en el Foro sobre Violencia contra las Mujeres. Guatemala Congreso de la República 2007

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