domingo, 28 de noviembre de 2010

"Guatemala necesita un cambio cultural urgente"



Paloma Lafuente*
Walda Barrios-Klee
En esta entrevista a la presidenta de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas, Walda Barrios-Klee, la dirigenta expresa su preocupación por el nivel de violencia contra la mujer que ha alcanzado este país y la falta de atención de la problemática por parte del Estado.
En abril de 2009, el Congreso de la República de Guatemala aprobó la Ley Contra el Femicidio, ley que tipifica el asesinato de mujeres como delito, estableciendo duras sanciones contra todo tipo de violencia por cuestión de género. El constante aumento de muertes violentas de mujeres, así como el nivel de impunidad por parte de las autoridades, demuestran la debilidad institucional de un estado que, cumplidos casi 12 años desde la firma de los acuerdos de Paz que pusieron fin a 36 años de una guerra civil, no logra atajar el problema de la violencia. Walda Barrios-Klee, presidenta de Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (UNAMG), feminista, académica e investigadora, militante del Movimiento de Mujeres Guatemalteco (URNG) y ex-candidata a la Vice-Presidencia por la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG-Maíz), nos habla de los esfuerzos desarrollados desde la sociedad civil por atajar la violencia indiscriminada hacia las mujeres y de lo que supondrá, a partir de ahora, la aprobación de esta ley.

_¿Qué comporta la aprobación de la Ley contra el Feminicidio y qué acciones positivas prevé?
_Es importante que en sociedades patriarcales en las que las mujeres hemos tenido papeles subordinados se admita que hay violencia en contra de las mujeres, por el simple hecho de ser mujeres, este es el primer paso que contempla la ley. Pero, además de las sanciones, considera la prevención. Esto es quizás lo mejor, porque debe castigarse para evitar que las agresiones sigan sucediendo, pero lo que se necesita es un cambio cultural. Implica que no haya impunidad. La impunidad ha sido uno de los principales problemas en sociedades en dónde la violencia es cotidiana.

_¿Qué avances supone con respecto a la Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Intrafamiliar de 1996?
_Esta Ley trata de evitar la normalización de la violencia doméstica que es un factor que influye en el posterior traslado de las agresiones en contra de las mujeres hacia el contexto social más amplio. Usamos aquí el término normalización, en el sentido de considerarla como normal y/o aceptable. En la concepción jerárquica de la familia patriarcal el hombre tiene derecho a corregir y a que sus prescripciones se sigan en el seno familiar. Así, se pasa de la violencia doméstica a la violencia social, como una extensión del dominio sobre las mujeres. Jurídicamente es importante diferenciar la violencia intra familiar o doméstica del feminicidio. En la primera el agresor es conocido, se sabe quién es. La mujer y el hombre tienen algún tipo de relación. En el feminicidio la víctima por lo general, es desconocida del agresor.
_¿Cuál es la postura desde su organización sobre esta ley?
_La Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas ha acompañado y apoyado todas las iniciativas de Ley en beneficio de las mujeres. En este caso concreto, nuestra organización ha realizado trabajo con las mujeres que fueron víctimas de violencia sexual durante la represión. Se ha denunciado la violación sistemática de mujeres como instrumento de guerra y hemos trabajado por construir una cultura de Paz. Nuestra organización trabaja en tres direcciones: primero, en la participación política y ciudadana, por eso en 2003 y en 2007 lanzamos la campaña “Más mujeres a cargos públicos”. El segundo es la justicia económica, y el tercero, no violencia y construcción de la paz. Los Acuerdos de Paz de 1996 parecieron ser una luz, tras los duros años de guerra indiscriminada, y una oportunidad para reivindicar los silenciados derechos de las mujeres, ¿cuáles fueron los logros conseguidos por el feminismo con dichos acuerdos? Son varios. El primero es el reconocimiento de las mujeres como actoras en la vida pública, la participación de mujeres en los Consejos Municipales y Departamentales de Desarrollo, la organización de mujeres en todos los niveles (rurales y urbanas); la co- propiedad de la tierra.
_¿Qué papel han desempeñado las organizaciones de mujeres en la implementación de dichos acuerdos de paz?
_Las mujeres hemos sido protagónicas. Todas las distintas organizaciones de mujeres hemos trabajado para tratar que los acuerdos de Paz se concreten. Uno de los propósitos de esta reflexión es visualizar el papel que las mujeres como colectivo tuvimos en tanto grupo de presión desde el Sector de Mujeres de la Asamblea de la Sociedad Civil y, posteriormente, en la lucha por el cumplimiento de los espacios abiertos por la Paz, para conseguir el ejercicio pleno de nuestros derechos como ciudadanas. A pesar que el movimiento de mujeres se encontraba en una etapa inicial de su desarrollo, tuvo la capacidad de alcanzar propuestas de consenso entre las diversas organizaciones de mujeres, y defenderlas ante la Asamblea de la Sociedad Civil, incorporando así demandas y propuestas específicas a favor de las mujeres en los documentos que esta asamblea presentó a la mesa de negociaciones. Si bien no fue firmado un acuerdo que directamente tratara la situación de las mujeres guatemaltecas, en seis de los acuerdos suscritos se logró incluir 37 compromisos específicos a favor de la igualdad de género. Con el propósito de ilustrar la dimensión de estos compromisos, pero perdiendo la riqueza de sus contenidos, podemos sintetizarlos así: primero, el reasentamiento de población desarraigada con la protección de familias encabezadas por mujeres y viudas, y de huérfanos. Segundo: el desarrollo económico y social que conlleva la Integración productiva y la participación, facilitar a mujeres indígenas acceso a la tierra, vivienda y crédito; igualdad de condiciones para acceso a vivienda propia; derecho al trabajo y capacitación; legislación laboral para el respeto de derechos y oportunidades incluyendo a trabajadoras de casa particular, así como el reconocimiento de las mujeres como trabajadoras agrícolas con derechos. En tercer lugar, en el terreno de la salud, programas nacionales de salud integral, con participación en planificación, ejecución y fiscalización y la reducción de la mortalidad materna en 50%. Cuarto, la lucha contra la discriminación, eliminar de la legislación toda forma de discriminación y cumplir la Convención respectiva. Quinto: los derechos de las mujeres indígenas: creación de la Defensoría de la Mujer Indígena; evitar perpetuación de la pobreza y discriminación étnica; medidas para luchar contra discriminación en el uso de traje indígena; gravar penas por violación a mujeres indígenas y tipificar el delito de acoso sexual. Por último, en educación: acceso de mujeres indígenas a la educación; eliminar estereotipos culturales y de género en contenidos educativos; igualdad de oportunidades y condiciones de estudio y capacitación.
_Según el Informe de Investigación sobre el Feminicidio en Guatemala, de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), la muerte violenta de mujeres va en constante aumento; desde 2001 que se reportaron 303 muertes, hasta la terrible cifra de 591 mujeres asesinadas en 2007. Además, llama la atención el grado de violencia y ensañamiento con el que se actúa. ¿De dónde cree que procede tanto odio?
_Sostenemos la hipótesis que la violencia en contra de nosotras se ha incrementado en proporción geométrica a nuestra participación en la vida pública. Pareciera ser el mandato patriarcal: “mujeres regresen a sus casas y a las labores domésticas”. La mayoría de las asesinadas son obreras que salen por las noches de sus trabajos en las maquilas, o estudiantes que regresan de sus escuelas.
_Hablemos del Estado y las instituciones. La mayor parte de los casos quedan impunes. Concretamente y, según el Diagnóstico Situacional del Grupo Guatemalteco de Mujeres (GGM), el porcentaje investigado es de 26 de cada 100.
_Efectivamente, la impunidad ha sido una de las características de los asesinatos de mujeres. La nueva Ley intenta detener esta impunidad. Por eso, señalo que se necesita un cambio cultural, de una cultura de odio y agresión heredada del conflicto armado a una cultura de Paz y respeto por toda forma de vida. Esto es difícil de construir, pero no imposible, hay que trabajar mucho en esa dirección. En plantearnos una nueva ética y nuevas formas de relacionarnos como seres humanos. Para cambiar las cosas se necesita: un diagnóstico desde el Estado. Se cuenta con el diagnóstico elaborado por la bancada de la URNG sobre el femicidio; también, el Grupo Guatemalteco de Mujeres (GGM) llevó a cabo una investigación multidisciplinaria que ha registrado los casos a través de testimonios de cómo la familia, en especial las madres y hermanas, han vivido la tragedia. En mayo de 2005, GGM presentó un Diagnóstico Situacional de las Muertes Violentas de Mujeres en Guatemala, que incluye una gráfica de su número creciente por año: 307 en 2001, 317 en 2002, 383 en 2003, 527 en 2004 y 255 en los primeros cinco meses de 2005 (1). El Diagnóstico apunta a que la violencia se concentra en las zonas metropolitanas, y que la noche es el horario recurrente. IEPADES, ha realizado algunas aproximaciones y también la Red de la no violencia contra las mujeres (2). No obstante, todos estos esfuerzos, provienen de la sociedad civil. Es imperativo que el Estado elabore un diagnóstico propio sobre la alarmante situación que ha ido en aumento año con año. En segundo lugar, se necesita una Base de información confiable. Relacionado con el tema anterior es necesario disponer de una base de información confiable. A la fecha los datos mas fidedignos y completos son los de la Policía Nacional Civil (PNC), porque abarcan la República completa, en tanto los del Ministerio Público (MP) se refieren exclusivamente a la capital. A la fecha el papel del Ministerio Público ha sido bastante deficiente, y al parecer su capacidad de investigación es muy pobre. Además, hay que Aumentar la capacidad instalada y construir habilidades. Es necesario un plan de formación, entrenamiento y sensibilización en el Ministerio Público y en el Organismo Judicial.
_Para terminar, ¿cuál es el trabajo que desempeñan las organizaciones de mujeres en el proceso de cambio y cómo cree que será necesario actuar a partir de ahora?
_Nosotras tenemos escuelas de lideresas, enseñamos a las mujeres cuales son sus derechos y a defenderlos, a conocer las Leyes, a reconocer la diversidad y multi culturalidad que hay en Guatemala, que la diversidad es riqueza. Hay que continuar con la auditoria social y tratar que se haga justicia.

Notas:
(1) Para noviembre 2005 se habían cometido 563 muertes violentas de mujeres.
(2) Creada en 1990 integrada por diversas organizaciones de mujeres del movimiento amplio, se organiza después del asesinato de Dinora Pérez. Tuvo un papel relevante en el impulso de la Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Intrafamiliar (Decreto 97-96) y su Reglamento (Acuerdos Gubernativos 831-2000 y 868-2000), realizó acciones de capacitación con operadores de justicia para la aplicación de dicha ley. Actualmente forma parte de la representación de la sociedad civil en la Coordinadora Nacional para la Prevención de la Violencia Intrafamiliar y Contra la Mujer (CONAPREVI).

Editado por Mujeres Hoy, agosto de 2009.
Fuentes: Revista Pueblos, Guatemala.

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